MENDOZA.- El blanco de los delincuentes ahora cambió. Las salideras bancarias en el microcentro y los robos en las áreas urbanas son modalidades que parecen haber dejado de estar en el orden de prioridades de las bandas criminales, su objetivo ahora son las "entraderas" lejos de la ciudad, donde hay pocos policías, y sus víctimas preferidas son las familias que viven en zonas rurales.
La soledad del campo y las facilidades para no ser descubiertos por la falta de presencia policial se han convertido en una de las principales armas de los ladrones en Mendoza.
Una modalidad que no deja de crecer y que ha provocado que algunos mendocinos decidan emigrar por miedo a ser víctimas o para protegerse de nuevos ataques.
"Fue muy violento, nos sorprendieron entrando a casa, nos encañonaron y encerraron en el baño. Se llevaron de todo. Afortunadamente no nos pasó nada grave y temía por mis hijos, que presenciaban todo", recordó a LA NACION Carlos, un vecino del distrito Los Corralitos, en Guaymallén, que prefirió mantener en reserva su apellido.
A María le sucedió algo similar también en esa zona, a mitad de año. Ella, su esposo y sus dos hijos decidieron dejar su casa en pleno campo y comenzar una nueva vida en un dúplex de Villa Nueva, en el centro departamental. "Más cerca de todo y más seguro, eso creo", intenta convencerse. La mujer dejó plasmada su lamentable experiencia en una carta que envió a LA NACION (ver aparte).
Los lugares del Gran Mendoza más afectados son las localidades distantes de los centros de cabecera departamentales, como Los Corralitos y Colonia Segovia, en Guaymallén, Rodeo del Medio, en Maipú, diferentes zonas de Luján de Cuyo o del norte provincial, donde viven los puesteros de Lavalle. Asimismo, en la zona Este y en el próspero Valle de Uco hay preocupación de los productores por la inseguridad que viven en sus fincas y bodegas.
"Las «entraderas» en las zonas rurales son una nueva modalidad delictiva. Lo comprobamos en una recorrida que hicimos por diversas zonas. Los mendocinos están desamparados. La gente que vive en el campo perdió la tranquilidad y muchos están abandonando sus fincas porque sus familias están en riesgo", explicó Héctor Quevedo, diputado provincial radical y presidente de la Comisión Bicameral de Seguridad. El legislador aseguró que realizaron pedidos de informes al Gobierno, pero no han recibido respuestas. Según Quevedo, la inseguridad rural creció más del 300 por ciento en cinco años en la provincia y es una de la cuentas pendientes del Ministerio de Seguridad de Mendoza.
"Vimos casos concretos de puesteros en Lavalle, a quienes les roban el ganado o los trabajos en cuero, o mendocinos en otras zonas donde son esperados al ingresar en el domicilio y son violentamente asaltados. Otros casos de productores que fueron al banco, volvieron con el dinero para pagar a los empleados y luego fueron sorprendidos y atacados por delincuentes", sostuvo el diputado provincial, quien solicita a las autoridades mayor presencia y acción policial en estas zonas.
"La mayoría de los vecinos pide móviles, rondines nocturnos, puestos fijos y destacamentos", agregó Quevedo y destacó que "no hay investigación del delito rural y el recurso es realmente inexistente: 106 policías y 8 móviles para toda la provincia".
"Qué dura y complicada se ha puesto la zona", le decía una mamá a otra en la puerta de una escuela de Colonia Segovia, que también ha sido víctima de la inseguridad. "Asaltaron esta semana a mi cuñado al ingresar en la casa. Aparecieron dos tipos detrás de los arbustos, lo apuntaron y le robaron el auto y la billetera", contó la mujer. Y así, los casos actuales y las historias de meses anteriores se repiten entre los vecinos cada vez más atemorizados.
Octubre fue un mes donde este tipo de modalidad quedó más expuesta públicamente. En diversas oportunidades, los afectados reclamaron la situación de indefensión que padecen. Aunque no hubo que lamentar víctimas mortales, ocurrieron casos resonantes. Por ejemplo, en dos robos a las familias Barrionuevo y Rodríguez, de Santa Rosa y Maipú, respectivamente, los delincuentes se llevaron más de 30.000 pesos, cuatro vehículos y hasta un tractor.
CORRIMIENTO DEL DELITO
"Hay un desplazamiento del delito a estas zonas. Nos preocupan las «entraderas» y estamos trabajando. Advertimos este fenómeno hace tres meses y en octubre pasado ya logramos desbaratar una banda de 15 personas que operaba en diversas zonas rurales, imputándoles 18 delitos. Vemos que después de esto está mermando, aunque sabemos que se dan otros casos", dijo a LA NACION el jefe de la policía de Mendoza, Juan Carlos Caleri. El funcionario informó que no existen estadísticas detalladas al respecto.
Entre los bienes secuestrados a la banda desbaratada que hizo mención el jefe de policía, había armas de fuego, todo tipo de electrodomésticos, herramientas de campo y maquinaria de construcción.
A contramano de la percepción de los vecinos, Caleri explicó que dan respuesta a la velocidad de demanda ciudadana con móviles, puestos fijos, vehículos de civil y el helicóptero.
"Por ahora no tenemos pensado reforzar el sistema de seguridad, siempre es necesario más, pero tengo que hacer prevención con el personal y los medios que tengo", aclaró el jefe de la policía provincial. Aunque reconoció que los delincuentes en estas zonas saben cómo actuar y escabullirse. "Es muy difícil localizarlos en la noche", agregó.
El especialista en seguridad ciudadana Martín Appiolaza opinó: "Como no tenemos información publica, es imposible tener un análisis profundo. Lo que vemos en el país es que hay un desplazamiento de formas de violencia a ciudades intermedias o más chicas, y esto lo podemos trasladar a lo que pasa en las zonas rurales. Hoy, en estos sitios rurales vemos tres características para el delito: bajo nivel de respuesta policial, más dinero en casa y no en los bancos, además de grupos profesionalizados".
Aunque no existen estadísticas específicas de los delitos en las zonas rurales, en los primeros seis meses de 2014 se produjeron en toda la provincia 27.000 robos (simples y agravados), mientras que durante todo el año pasado la cifra alcanzó los 42.000 casos. De continuar la tendencia en alza, se estima que este año se superarán los 50.000 robos.
"La inseguridad en el campo ha ido en aumento. El accionar de los delincuentes se traslada a los lugares donde se supone que es más difícil controlarlos", explicó a LA NACION Leopoldo Orquín, abogado y ex ministro de Seguridad de Mendoza.
Orquín, que fue funcionario durante la gobernación del radical Roberto Iglesias, afirmó: "La conveniencia económica y social de todos los argentinos sin distinción de urbanos o rurales impone también la obligación del Estado de no estar ausente y de garantizar la seguridad también a las personas que viven en el medio rural.
El diputado Quevedo sostuvo: "Hay desidia, falta de voluntad política y la excusa es que no hay presupuesto. No se invierte en seguridad, y los policías tienen hasta los chalecos antibalas vencidos".
Así, a los históricos pobladores de las zonas rurales se sumaron, en los últimos años, miles de mendocinos, que comenzaron a inclinarse por una vida más tranquila, alejados del ruido de la ciudad y más cerca del verde. Ese cambio de vida ha comenzado a tener un costo mayor: la inseguridad. Algunos, resignados, están empezando a volver a la ciudad.
LOS NÚMEROS DEL DELITO QUE GENERAN TEMOR
106
Policías
Es la cantidad de efectivos que dispone la policía de Mendoza para patrullar, solamente con ocho móviles, todas las zonas rurales de la provincia
27.000
Robos
Estos hechos solamente se registraron en los primeros seis meses de este año. En todo 2013 se habían contabilizado 42.000 robos
20%
Crecimiento de delitos
De continuar la tendencia de robos de los primeros seis meses de este año, la proyección, al finalizar 2014, alcanzará a unos 50.000 asaltos, por lo que se superará los 42.000 hechos delictivos de 2013.