LA PAZ.- La falta de suspenso no empañó la alegría. Miles de enfervorizados seguidores de Evo Morales inundaron anoche la plaza Murillo, frente al palacio de gobierno, para celebrar la aplastante victoria de Evo Morales por una diferencia de 35 puntos. Así, el primer presidente indígena de América latina batirá un récord de permanencia en el poder en su país y gobernará hasta 2020.
La bonanza económica, su giro hacia una política conciliadora con el empresariado y la ausencia de una oposición política fuerte fueron las claves de su triunfo, con 60% de los votos, según las encuestas en boca de urna.
La sorpresa de la votación fue el 25% que habría obtenido el principal candidato opositor, el empresario de centroderecha Samuel Doria Medina, más de lo que le daban los sondeos previos. El ex presidente Jorge "Tuto" Quiroga se ubicó en un tercer lugar con el 9%.
Los masivos festejos en las calles y el clima que se palpó durante la jornada pusieron en evidencia que Bolivia dejó bien atrás los tiempos convulsionados del pasado, caracterizados por la inestabilidad institucional, con decenas de gobiernos que duraron menos de un año en el poder.
La votación transcurrió sin denuncias graves de la oposición ni de los observadores.
Evo fue el primer candidato en votar, en el Chapare, Cochabamba. Y en una señal de que su gobierno seguirá el camino de la moderación de los últimos meses, su vicepresidente, Álvaro García Linera, fue el encargado de enviar una señal a Estados Unidos: dijo que Bolivia está dispuesta a reanudar las relaciones diplomáticas, interrumpidas desde 2008.
Evo luego habló con la prensa y mencionó como un logro especial de estos comicios el sufragio de los bolivianos en el exterior, 122.000 en la Argentina, el país con mayor cantidad de votantes bolivianos (ver aparte). "Después de tantos años de espera, el llamado voto en el exterior se ha cumplido esta vez con mucha efectividad", dijo Morales.
Aunque el voto en el exterior se estrenó en 2009, en aquel momento solamente votaron los residentes en la Argentina, Brasil, España y Estados Unidos. Para estos comicios, se amplió a otros 29 países.
Las urnas abrieron a las 8 de la mañana y por una particular legislación local a partir desde ese momento quedó prohibida totalmente la circulación de vehículos. Con las calles vacías, sólo se podían ver en La Paz unos pocos autos oficiales autorizados. Los votantes debieron trasladarse a pie o en bicicleta hasta los centros de votación. La norma, con más de 50 años de antigüedad, apunta a impedir la tramposa costumbre que tenían los partidos políticos de ofrecer el traslado "gratuito" en colectivos a los votantes.
En la Escuela República del Perú, del barrio Sopocachi, en pleno centro de la ciudad, a unas pocas cuadras de la Universidad Mayos San Andrés, dos jóvenes llegaron a las 11 de la mañana en una bicicleta y la ataron con cadena y candado a un poste antes de prestarse a hablar con LA NACION.
Adriana Flores, de 20 años y que estudia Ingeniería en la Universidad Católica, valoró especialmente del gobierno de Evo el logro de un mayor acercamiento entre bolivianos de distintos sectores sociales.
"Mi familia de clase media vive mucho mejor. Además me alegra poder ir a una oficina pública y ser atendida por una empleada con ropa indígena", dijo Adriana.
Su amigo Mariano Giménez, de la misma edad, no coincidió totalmente. "Yo veo que muchas veces son ellos los que ahora nos discriminan a los blancos. Además, los únicos indígenas que están mejor son los amigos del gobierno. Para el resto nada cambió", argumentó.
Su frase corrobora una de las características que surgían de las investigaciones previas de las consultoras electorales. Evo Morales no tiene un voto cautivo en ningún sector social ni etario. Aunque algunos jóvenes apoyan al gobierno, otros ponen el foco en reclamar una mayor atención al problema de la desocupación juvenil (estimada en un 20%), muy superior al 3,2 % del nivel general.
Pero ni siquiera los pobres y los indígenas votaron ayer en masa por el Movimiento al Socialismo (MAS). En estos nueve años, el gobierno se enfrentó varias veces con los reclamos de esos sectores.
En enero pasado la principal agrupación de comunidades indígenas bolivianas, la Conamaq (Consejo Nacional de Ayllus y Marqas del Qullasuyo) denunció que el gobierno estaba marchando hacia "la consolidación de una dictadura política".
A esa denuncia le siguió la intervención del gobierno en el organismo y la designación de autoridades leales al MAS.
De hecho, varios líderes indígenas, como la candidata a vicepresidenta de la Unión Demócrata, Tomasa Yarhui, se volcaron directamente a la oposición.
Pero la jornada electoral de ayer demostró también que este tercer mandato de Evo Morales que se inicia en enero próximo puede estar marcado por el signo de la conciliación, incluso con los peores demonios del pasado.
Tras votar en La Paz, el vicepresidente Álvaro García Linera dijo que el gobierno estaría dispuesto a restablecer las relaciones con Estados Unidos si Washington se comprometiera a "respetar" la soberanía de Bolivia y no "entrometerse" en asuntos internos.
Los dos países dejaron de tener relación diplomática a nivel de embajadores en 2008, cuando Morales expulsó al representante norteamericano Philip Goldberg por supuestas injerencias en la política nacional durante la crisis del gobierno con el oriente del país. Y Washington respondió con una medida similar.
"El momento en que tengamos la certidumbre de que Estados Unidos no se entromete en nuestros asuntos internos, la mano está extendida con respeto, con sencillez, pero siempre con firmeza en la defensa de nuestra soberanía", dijo ayer García Linera.
El vicepresidente hizo también un guiño al "imperio". "Admiramos su ciencia, admiramos su tecnología, y nos impresionan su grandes logros tecnológicos", dijo.
El acercamiento a Estados Unidos podría ser el último paso que le resta dar al gobierno de Morales para abandonar el discurso del "socialismo del siglo XXI" con el que llegó al poder en 2005.
Desde 2008 en adelante Morales inició una política de acercamiento al mundo empresarial y al oriente del país, que le permitió ayer consagrarse como vencedor también en esa región y asegurarse cinco años de gobierno para conducir la segunda entre las economías de mayor crecimiento de América latina.
Los resultados preliminares
Evo Morales
Mas
60%
Samuel d. Medina
Unidad Demócrata
25%
El peso del voto en la Argentina
Más de 120.000 bolivianos residentes en la Argentina pudieron votar ayer para
elegir presidente y vicepresidente de Bolivia en los 45 recintos electorales
habilitados en Capital Federal y la provincia de Buenos Aires.
Por primera vez en la historia, los bolivianos residentes en el exterior
pudieron elegir quién gobernará su país. Desde horas de la mañana, miles de
votantes de acercaban a los distintos centros de votación dispuestos por el
Tribunal Electoral boliviano y la Dirección Electoral argentina.
El cónsul boliviano Ramiro Tapia Sáenz sostuvo que los electores se acercaban
desde temprano a los puntos de votación porque "el boliviano siempre madruga en
sus actividades" y precisó que la Argentina es el país con más residentes de ese
país.