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 año próximo, el último de su gestión, el gobierno de Cristina Kirchner incorporará 13.251 empleados nuevos a la administración pública. Dicho de otro modo, en pleno año electoral el kirchnerismo sumará 36 personas por día al plantel del Estado nacional.

En efecto, el proyecto de ley de presupuesto de 2015 precisa que en el próximo ejercicio habrá 389.396 empleados en toda la administración nacional, mientras que este año el personal alcanza los 376.145 trabajadores. De este incremento surgen dos datos por demás llamativos: en primer lugar, el grueso de las incorporaciones pasa directamente a la planta permanente del Estado nacional; segundo, que el área que más empleados nombra es el Senado, que preside Amado Boudou.

A tal punto el Senado se convirtió en una virtual agencia de empleo público que por primera vez en la historia tendrá más empleados que la Cámara de Diputados, pese a que el Senado, con sus 72 miembros, es menos de un tercio de la Cámara baja, con 257 diputados. Las cifras oficiales son elocuentes: el Senado contará con 6081 empleados, mientras que la Cámara baja, que preside el también oficialista Julián Domínguez, tendrá 5554 trabajadores.

La oposición denuncia que el kirchnerismo pretende colonizar la administración pública con empleados afines antes de dejar el poder, en diciembre de 2015. "Piensan que pueden volver dentro de cuatro años y, para eso, dejan gente propia en cada área del Gobierno para condicionar la gestión que venga. Ésa es la impronta del kirchnerismo, sobre todo de La Cámpora", interpretó un importante legislador de la UCR.

La polémica se trasladará al recinto de Diputados dentro de diez días, cuando se debata el presupuesto. La oposición, una vez más, votará en contra: denunció que nunca como ahora el gobierno kirchnerista "dibujó" tanto las cifras, sobre todo cuando proyecta una reducción drástica de la inflación al 15,6 por ciento anual, un crecimiento del 2,8% del PBI y un tipo de cambio ya superado por la realidad, de 9,45 pesos por dólar.

TODOS A PLANTA PERMANENTE

Si bien el kirchnerismo demostró no respetar demasiado sus proyecciones macroeconómicas a lo largo de los últimos ejercicios, sí cumple sobradamente las previsiones respecto del nombramiento de nuevo personal. El año próximo el jubileo va a ser completo, no sólo porque se incorporarán más de 13.000 nuevos agentes, sino que buena parte de ellos pasará a la planta permanente. Disminuirá, en cambio, el lote de contratados, que bajará de 15.206 a 14.996 trabajadores.

La avanzada del oficialismo en materia de nombramientos es notoria, sobre todo, en el Congreso: según el proyecto de presupuesto, el año que viene tendrá una dotación de 15.073 personas, 2087 más que ahora.

Como la mayoría de las incorporaciones recae en el Senado, el presupuesto de esa cámara crece de modo considerable: aumentará un 37%, es decir, más del doble que la suba de la inflación oficial. En cifras concretas, pasará de 2024 millones del crédito hoy vigente a 2776 millones en 2015.

Diputados no corre con esa misma suerte: no sólo tendrá menos empleados que el Senado, sino que su presupuesto crece a un ritmo menor, un 28% respecto de este año.

El Senado ha sido, desde hace un tiempo, el más mimado a la hora de recibir refuerzos presupuestarios, justamente por absorber las nuevas incorporaciones de personal. De hecho, hace diez días recibió un auxilio de 200 millones de pesos extras del Tesoro nacional porque, de lo contrario, el dinero no le alcanzaba para pagar los sueldos hasta fin de año.

Es más, al promediar este año hubo sonoras quejas entre los empleados porque ya no sólo faltaban insumos básicos para trabajar, sino también elementos primordiales como papel higiénico, café o té.

El Estado se ha convertido así en el principal empleador en nuestro país. Según un informe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), entre 2002 y 2014 el empleo público aumentó un 67% en los tres niveles de la administración pública (nacional, provincial y municipal) y los de algunas de las empresas estatizadas (por ejemplo, Aerolíneas Argentinas). Este porcentaje representa unos 3.650.000 personas que trabajan para el Estado.

Según ese informe, a partir de 2005 las incorporaciones de empleados estatales aumentaron a un ritmo mayor. "Entre 1995 y 1999 el empleo público promedió 2,08 millones de empleados, y se elevó a 2,18 millones entre 2000 y 2002. A partir de 2003, y más desde 2005, subió fuertemente, para sumar poco más de 3,65 millones de empleados estimados este año", se precisa en el documento.

Gonzalo Diéguez, director del Programa de Gestión Pública del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), confirmó esta tendencia al precisar que en los últimos diez años el empleo público aumentó un promedio de entre 6 y 7% anual. "Éstos son los datos comprobados -afirma-, pero ni el propio Estado tiene la cifra exacta. Además, uno de cada tres trabajadores que se incorporan al Estado lo hace de manera informal", indicó.