El inicio de la cosecha de soja en los Estados Unidos y las muy buenas productividades que se están obteniendo fueron los fundamentos bajistas excluyentes ayer en la Bolsa de Chicago, donde los fondos de inversión especuladores liquidaron 4000 contratos de la oleaginosa, equivalentes a poco más de 540.000 toneladas.
Al cierre de las operaciones, las pizarras del mercado estadounidense mostraron pérdidas de US$ 4,04 y de 4,13 sobre los contratos noviembre y enero de la soja, cuyos ajustes resultaron de 356,97 y de 359,91 dólares por tonelada. Así, el nivel de precios de la oleaginosa sigue en el nivel más bajo en cuatro años, un demérito que por estos días comparte con el maíz y con el trigo.
Sin daños por heladas y con los primeros relevamientos de rindes en los estados del Sur por encima de las expectativas, los operadores no encontraron razones para alentar una mejora de las cotizaciones de la soja. Ni siquiera fue suficiente el positivo informe semanal de las exportaciones estadounidenses difundido ayer por el USDA. En él, el organismo relevó ventas por 1.466.100 toneladas, por encima de las 984.300 toneladas del segmento anterior y del rango previsto por el mercado, de 1,10 a 1,40 millones de toneladas.
En el mercado doméstico, las fábricas iniciaron la jornada con una oferta abierta de $ 2230 por tonelada de soja con entrega en las terminales de San Martín, General Lagos y en San Lorenzo, $ 50 menos que anteayer. Con el transcurrir de las horas y ante el manifiesto rechazo de los vendedores, elevaron la propuesta hasta $ 2250. Por fuera de la Bolsa de Comercio de Rosario, se habrían hecho operaciones directas, con condiciones de volumen y forma de pago, en un rango de 2270 a 2300 pesos.
En los puertos de Bahía Blanca y de Necochea, la soja se cotizó a 2130 y a 2080 pesos por tonelada, con quitas de $ 40, respectivamente.
Los contratos noviembre y mayo de la soja en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) perdieron US$ 2 y 1,50, en tanto que sus ajustes fueron de 271,50 y de 245 dólares.
Acerca del maíz, las pizarras de Chicago mostraron ayer bajas de US$ 1,38 y de 1,28 sobre las posiciones diciembre y marzo, cuyos ajustes resultaron de 133,16 y de 138,08 dólares por tonelada. "Los agricultores dicen estar sorprendidos por lo bien que se ven los rindes maiceros. El rumor es que el estado de Illinois -segundo en relevancia detrás de Iowa- podría dar un promedio de 125,53 quintales por hectárea", comentó un operador del mercado estadounidense a sus clientes antes del inicio de la rueda.
En la plaza doméstica, los exportadores volvieron a ofrecer $ 980 por tonelada de maíz disponible para Bahía Blanca; $ 960 para Necochea, y $ 890/900 para San Martín, sin cambios. Respecto de los consumos, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que las propuestas oscilaron de $ 880 a 1100, según calidad, condición, procedencia y forma de pago.
Por maíz de la próxima cosecha, con entrega en marzo sobre San Martín, General Lagos y sobre Arroyo Seco, los exportadores ofrecieron US$ 115 por tonelada, 3 dólares menos que anteayer. En el Matba, la posición abril del cereal se mantuvo estable, en 118 dólares.
El trigo estadounidense acentuó ayer su debilidad, producto de la fuerte competencia externa en los principales destinos de exportación; de un dólar firme frente al euro, que le resta competitividad, y del avance de la cosecha de la variedad de primavera. Tras el débil repunte de anteayer, la posición diciembre en Chicago cayó US$ 3,95 y cerró con un valor de 179,49 dólares. En Kansas, el cereal sumó la octava rueda bajista consecutiva al perder US$ 4,59 y terminar la jornada con un precio de US$ 209,35.
En el nivel local, los molinos pagaron entre $ 1250 y 1600 por tonelada de trigo. Por cereal nuevo, la exportación ofreció US$ 145 en San Martín, US$ 5 menos que anteayer. En el Matba, la posición enero bajó US$ 5,80 y cerró con un ajuste de US$ 151.
Leve mejora en el área triguera de Buenos Aires
En su informe semanal sobre cultivos, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que las regiones bonaerense más comprometidas por excesos hídricos no volvieron a registrar precipitaciones que agravaran la situación de las zonas sembradas con trigo. "En sectores del Sudeste se registró una leve mejoría en lotes que presentaban encharcamientos aislados, dando cuenta de que la ausencia de lluvias y la prevalencia de mejores condiciones climáticas permiten recuperar paulatinamente el estado del cultivo y atenuar la pérdida de superficie a cosecha."
En términos sanitarios, la Bolsa indicó que comienzan a aparecer las primeras alertas por el avance de enfermedades tales como manchas o roya, sobre todo en lotes que acumularon una abundante oferta hídrica durante un tiempo prolongado.