Este jueves 28 de agosto, el Gobierno de Cristina Fernández enfrenta la segunda huelga del año. Sindicatos opositores y agrupaciones de izquierda reclaman mejoras salariales en momentos de recesión económica y alta inflación. Según lo informado por la agencia de noticias Reuters, la protesta, que se extenderá por 24 horas, afecta fundamentalmente al transporte de cargas y aeronáutico, ferrocarriles, bancos, gasolineras y la administración pública.

La protesta fue convocada por la principal central obrera opositora al Gobierno, la Confederación General del Trabajo (CGT), que controla sindicatos clave como el de choferes de camiones, y la más pequeña Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), con influencia sobre los gremios de empleados estatales.

No obstante, el Gobierno dijo que el acatamiento de la huelga es bajo debido a que sólo un puñado de sindicatos importantes la respalda. "El 75 por ciento de los trabajadores manifestaron su voluntad de trabajar en el día de la fecha no adhiriendo al paro propuesto por un grupo de sindicatos de dirigentes sindicales opositores", dijo a periodistas el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich.

Los puertos en el área de la ciudad de Rosario, el mayor polo agroexportador del país, también están paralizados. Desde Agrositio dialogamos con Alfredo Palacio, secretario general  de la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), y con Ignacio Gómez Álzaga, Director del centro de consignatarios de Productos del País (CCPP), para conocer el grado de acatamiento de las terminales portuarias y del mercado concentrador de Liniers.

Alfredo Palacio destacó el gran grado de acatamiento al paro por parte de los trabajadores nucleados en URGARA, al tiempo que comentó que un buque que está paralizado pierde por día u$s 25.000 dólares.

La plaza argentina de hacienda cerró sin negocios porque prácticamente no ingresó ganado al mercado debido a la huelga.

En una jornada en la que habitualmente hay escasa actividad en la plaza, Gómez Álzaga explicó que llegaron al mercado de Liniers, en Buenos Aires, 204 vacunos, frente a los 475 que ingresaron el mismo día de la semana pasada, pero que no hubo negocios porque no hubo compradores.

Respecto de los motivos de la huelga, el dirigente ferroviario, Rubén Sobrero, dijo que “son las suspensiones, los despidos sobre todo en las empresas automotrices, alimenticias y mecánicos, y también estamos planteando el impuesto a las ganancias y la reapertura de las paritarias (negociaciones salariales)”. "Si no es escuchado el reclamo habrá una continuidad (de la huelga) de 48 horas en septiembre", agregó Sobrero.

Uno de los reclamos es que el Gobierno revise la escala del impuesto a las ganancias que se aplica a los salarios, dado que quedó desactualizada por la alta inflación, haciendo que cada vez más trabajadores paguen el gravamen.

De acuerdo a lo informado por La Opinión Popular de Entre Ríos, el primer paro general contra el Gobierno de Cristina Fernández fue el 20 de noviembre de 2012, en medio del quiebre con Hugo Moyano, hoy líder de la CGT opositora. Una vez que Cristina asumió su segundo mandato Moyano se dividió de un sector de la CGT, formó su propio espacio y se alió al secretario general de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo y al líder de la CTA Pablo Micheli. El jueves 10 de abril de 2014 fue el segundo paro general contra su gestión, luego de haber tenido un primer mandato, entre 2007 y 2011, sin protestas sindicales.