Entre los años 2007 y 2014 la producción de manzanas en el Alto Valle se redujo un 15%: pasó de las 1.050.000 toneladas a las 890.000 actuales, según un informe de la Cámara de Comercio, Industria, Producción y Afines de Neuquén (ACIPAN), según informó Clarín.
Los empresarios atribuyen esta baja a factores como la inflación, la crisis económica del país en general, la escasa disponibilidad de créditos destinados a renovación tecnológica y la pérdida de mercados tradicionales a manos de competidores directos.
El “Informe del Comahue 2014: Principales aspectos de las economías de Neuquén y Río Negro” revela que la producción de peras se elevó apenas un 7% en el mismo periodo.
Según el estudio es imprescindible “la reducción efectiva de la inflación, de la carga tributaria, de los controles de precios e importaciones” para sacar adelante el sector.
Durante este plazo las exportaciones de manzanas cayeron un 35%, en tanto que el consumo doméstico creció un 23%. Según los productores, la devaluación “trajo oxígeno durante las primeras 3 semanas”. Pero acusan un incremento del 30% al 40% en los costos internos que terminaron de evaporar el margen inicial.
Las nuevas disposiciones del AFIP (como la Resolución 3577/14 que establece un adelanto del impuesto a las Ganancias) complicaron aun más el panorama, indicaron los empresarios.
También son mencionadas la obligación de hacer cargas en el puerto de Río Grande por la imposibilidad de seguir operando en el de Montevideo, un hecho que trajo aparejado diversos problemas logísticos, y la competencia con Chile en un mercado tan importante como Brasil. El estudio señala que los principales destinos de la fruta son Brasil (30%), Estados Unidos (15%) y Rusia (13,5%).
Otro de los puntos que erosionan la competitividad de los productores es la caída del Sistema Generalizado de Preferencias con la Unión Europea. “Trajo un mayor costo para el importador de fruta argentina contra fruta de nuestros competidores, debilitando nuestra posición competitiva y generando un precio FOB menor”, argumentan.
Otro elemento que ha ido reduciendo la competitividad regional ha sido el aumento en la presión tributaria mediante los impuestos nacionales, provinciales y municipales”, explica.