El curasemilla es uno de los factores de mayor importancia a la hora de obtener elevados rendimientos y mayor eficiencia en el uso de recursos destinados al cultivo. Según el entrevistado –especialista en papa–, la etapa de implantación constituye una instancia clave, de modo que el tratamiento profesional de las semillas se ha tornado algo imprescindible.
Mar del Plata, julio de 2014. ¿Cuántos productores utilizan o desarrollan máquinas con el objetivo de practicar un tratamiento profesional de curado de papa? ¿Implica cada corte de tubérculo un promedio adecuado de dosis para tratar enfermedades? ¿Es consciente el productor de la importancia de un correcto tratamiento curasemillas? A partir de esta serie de interrogantes, el ingeniero agrónomo Juan Carlos Petoyan, integrante del equipo de Servicio Técnico Syngenta, abordó algunos de los temas que hoy impiden que el cultivo desarrolle todo su potencial. A continuación, un resumen de la conversación.
¿Cuál es la importancia de un correcto manejo de semillas para el cultivo de papa?
Tal como lo muestra la tendencia de los últimos cinco años, el precio de la papa semilla no va a descender, y este es –junto con el alquiler– la mayor inversión dentro del presupuesto de un cultivo de papa. Sin embargo, a pesar del elevado precio de la bolsa de papa semilla, no se presta adecuada atención a si cada uno de esos cortes va a dar la cantidad de tallos que corresponde, que representan el punto inicial del cultivo.
¿Qué punto crítico debe considerarse para el éxito del cultivo?
Una mala implantación es, sin dudas, uno de los elementos irreversibles a la hora de obtener buenos resultados en un cultivo. Para esta campaña, es especialmente importante el tratamiento curasemillas. Hay, por estos días, demasiada humedad y la calidad de la papa semilla no es tan buena. Cuando se realicen los cortes tendremos papas infectadas, que cuando se tiren y se separen originarán el inóculo que se llevará al campo. El productor debe tomar conciencia del tratamiento, ya que estamos en un año adverso en lo que respecta a enfermedades. Es probable que en los suelos se hayan exacerbado las cepas de Rhizoctonia por la humedad. Además, entre los principales patógenos habrá bacteriosis y Fusarium, ya que durante diciembre y enero las papas se desarrollaron con temperaturas que superaron los 40 grados centígrados. En este contexto, lo que hay que lograr es que cada brote pueda tener una buena superficie radicular, con estolones libres de Rhizoctonia y Fusarium.
Asimismo, uno de los principales desafíos es alcanzar una dosificación óptima y homogénea de curasemillas, considerando la gran variabilidad de tamaño que presentan los cortes. Además, debe tenerse en cuenta que la papa en Argentina se presenta cubierta de tierra, dada la característica de los suelos argiudoles de nuestro país donde suele desarrollarse el cultivo, a diferencia de las zonas desérticas o suelos volcánicos de otros países.
¿Qué curasemillas recomendaría?
Para un tratamiento curasemillas, recomendaría Celest, que contiene fludioxonil y pienso que es el mejor producto del mercado. En mi opinión se trata del activo más efectivo contra Fusarium y Rhizoctonia. Es un fungicida terápico que controla patógenos fúngicos de la papa semilla y del suelo. Además, actúa sobre un amplio espectro de hongos, controlando enfermedades económicamente importantes en el país, como Rhizoctonia solani y Fusarium solani spp eumartii.
Cuando el tratamiento se hace en forma correcta y todas las papas se pintan con la dosis adecuada, el rendimiento es mayor y se obtienen respuestas de hasta 300 bolsas por hectárea. La respuesta al aumento de rendimiento es muy elevada, y su incidencia en el costo total del cultivo es baja.
¿Cómo se pueden mejorar los resultados?
La propuesta del equipo de Syngenta para alcanzar estos resultados es censar cómo se hace el tratamiento a campo en la actualidad y aumentar el profesionalismo. Se recomienda visitar al productor, sacar una muestra de la máquina y ayudar a mejorar el tratamiento, apuntando a obtener 50 ppm de concentración del producto, en vez de las dosis menores a 10 ppm que suelen medirse. Aún queda mucho por mejorar en cuanto a los tratamientos a campo de tubérculos.
Este desafío es el que se propone Syngenta, brindando un equipo de técnicos que ayuden a difundir buenas prácticas agrícolas para el curado de semillas, con el objetivo de conseguir una mayor producción y menores costos por kilogramo producido.