Mientras aumenta la superficie cultivada y la demanda mundial de alimentos, el desafío de maximizar la productividad sin degradar el recurso gana cada vez más importancia en todo el mundo. En este sentido, técnicos del INTA Paraná –Entre Ríos– estimaron que la pérdida anual en suelos alcanza los 450 kilos de soja por hectárea, lo que se traduce en $1.100 al año. Presentaron un software que estima cuánto se pierde por erosión hídrica y evalúa las mejores alternativas para evitar o disminuir este proceso.
Jorge Gvozdenovich, especialista en producción agrícola sustentable de esa unidad del INTA, señaló que “la erosión hídrica es uno de los principales problemas que afectan a la producción, debido que a degrada los suelos y reduce los rendimientos”.
En la Argentina, el suelo es la base de la agricultura y motoriza el avance de la economía nacional. Por esto, es fundamental que el sistema productivo sea sustentable y que el “productor pueda conocer el costo oculto que hay detrás de cada hectárea de tierra trabajada”, expresó el técnico del INTA.
En esta línea, Gvozdenovich analizó cuánto representa cada centímetro de suelo que se pierde por un mal manejo del lote para la campaña 2010/11. “En Entre Ríos, perder un centímetro de suelo fértil por hectárea debido a la erosión hídrica, significa perder 120.000 kilos de suelo por hectárea al año. Si se extrapola este valor a toda la superficie cultivada, el número se multiplica considerablemente”, explicó.
Existe una relación real entre el suelo que se pierde y el rendimiento de los cultivos. “Cada centímetro de suelo perdido cuesta dinero”, expresó Gvozdenovich y aclaró: “Si lo pensamos en relación a un cultivo, como la soja, la producción se reduce 66,5 kilos de granos por hectárea por cada centímetro de suelo perdido. Esto representó en la campaña 2011/12 que cada productor cosechó 470 kilos menos de la oleaginosa, lo que se traduce a la fecha en $1.098 menos por hectárea al año”.
Un suelo degradado requiere de mayor cantidad de fertilizantes y herbicidas, debido a que las malezas tienen más posibilidad de competir con los cultivos. De acuerdo con el técnico del INTA, “estamos perdiendo la tierra más productiva que tenemos. Es indispensable generar conciencia sobre la importancia de la conservación del recurso”.
Una herramienta, muchos beneficios
Pensada para estimar el nivel de pérdida del suelo por erosión hídrica, Gvozdenovich junto con Pedro Barbagelata y Gustavo López desarrollaron “Erosión Hídrica-USLE Argentina”, pensada para que cada productor pueda calcular la degradación en su lote.
Se trata de la primera aplicación de la Argentina, sencilla y fácil de usar, válida para predecir el deterioro de los suelos por este fenómeno en todo el país. Una de las principales ventajas es que se puede operar a partir de datos precargados o con datos ingresados por el usuario.
“El software contempla el clima, el cultivo, el tipo de suelo, la longitud y grado de la pendiente de cada región para estimar la erosión”, dijo Barbagelata, quien además agregó: “Le prestamos mayor atención al dato relacionado con los cultivos, debido a la cobertura que deja. No es lo mismo tener un suelo desnudo que no tenga ningún rastrojo y que esté laboreado, que uno que tenga una cobertura densa como trigo o maíz”.
Además de los cálculos, el software orienta al productor en las estrategias de manejo alternativas que mejor se adaptan y protegen el recurso, favorecen la infiltración del agua, previenen la erosión y conservan los nutrientes.
Otro aspecto interesante es que “el procesamiento de datos se puede realizar al ejecutar el aplicativo directamente en el equipo sin necesidad de estar conectado a internet”, señaló Barbagelata.