El Gobierno recibió la primera denuncia formal sobre las irregularidades en la exportación de arroz a Venezuela el 27 de enero, un mes antes de que la sospechosa empresa Bioart SA concretara su primer embarque de 10.247 toneladas hacia el país caribeño. Las primeras advertencias que realizó la federación de arroceros, según documentación a la que tuvo acceso Clarín, fueron hechas verbalmente al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ese día. Pero horas más tarde quedaron planteadas por escrito en una carta presentada ante el ministerio de Agricultura.
En el texto, firmado por las ocho asociaciones que integran la Federación Nacional de Entidades Arrroceras y dirigida al secretario Gabriel Delgado (hombre de máxima confianza del ministro Carlos Casamiquela), el sector solicitó al Gobierno “ no aprobar solicitudes de ROE Verde a empresas o personas que no representen a nuestra entidad”. Claramente hacían alusión a Bioart SA, la empresa de Roberto Vignati que luego terminó exportando unas 80.000 toneladas de arroz y maíz a Venezuela, con sospechosos sobreprecios. El arroz lo vendió a 606 dólares por tonelada, cuando valía 390 dólares. Y facturó el maíz a 390 dólares cuando cotizaba a 220.
Fedenar reclamó en esa primera carta su derecho a realizar esos embarques. Utilizó tres hojas para recordar que ése había sido el compromiso de la presidenta cuando suscribió el Acuerdo Bilateral específico con Hugo Chávez, el 11 de agosto de 2009. Desde entonces, habían enviado más de 290 mil toneladas de arroz cáscara, a precios de mercado y sin escándalos. Pero a fines de enero estaba claro que Bioart SA, con bendición de altos funcionarios argentinos y venezolanos, le estaba hurtando es negocio.
Desde el área de Delgado respondieron que no tenían potestad sobre la emisión de los ROE, y se comprometieron a gestionar una reunión con Augusto Costa –reemplazante de Guillermo Moreno–, el responsable de emitir esos permisos de exportación. La reunión se hizo, pero a las pocas horas ese organismo aprobó los ROE. Casi en simultáneo, a principios de febrero, en la embajada argentina en Caracas hubo una amistosa reunión entre el embajador Carlos Cheppi; la hija de Hugo Chávez, María Gabriela; y los hermanos Vignati, titulares de Bioart.
El 29 de abril, los arroceros le escribieron directamente a Costa. Fue en vano: el 16 de junio volvieron a embarcar arroz Paddy hacia Puerto Cabello, en Venezuela. Ya eran unas 27.500 toneladas.