Pero para que todo esto sirva al productor, el híbrido tiene que tener rendimientos de punta.
En todo negocio, y mas en el agrícola, la variable que define el éxito o fracaso de una actividad productiva y especialmente en el cultivo de Maíz, es sin lugar a dudas la mayor productividad de determinado híbrido a las mismas condiciones ambientales dadas. La mayor rentabilidad no ocurre en este cultivo como consecuencia de un ahorro en la inversión por hectárea, sino por una disminución del costo del kilogramo producido y esto es mas fácil lograrlo aumentando la producción por hectárea que bajando inversión realizada para lograrlo.
Ahora bien, todo esto no es tan lineal en su logro, ya que estamos hablando de producciones que dependen de factores biológicos, climáticos y ambientales, por lo que debemos trabajar sobre los factores que podemos manejar como:
- Fertilidad
- Control de Malezas
- Reserva hídrica en el perfil
- Genética elegida
Y en este último punto, lo fundamental es elegir aquellos materiales que demuestren a lo largo de los años la capacidad de poder aprovechar todas las condiciones productivas favorables cuando están disponibles para el cultivo y que en condiciones adversas muestren estabilidad productiva.
En este sentido, Sursem tiene en su portfolio de productos al SRM 566, material de altísimo potencial de rendimiento que en diferentes ensayos de instituciones públicas y privadas como los ensayos llevados adelante por el INTA y por diferentes grupos CREA en zonas geográficas tan dispares como Oliveros, Manfredi, Tandil y Balcarce, pasando por el CREA Sur de Santa Fe donde obtuvo el primer puesto en las últimas dos campañas y nunca bajo del tercer puesto en el ranking de materiales evaluados desde el año 2011 en diferentes zonas geográficas y primero absoluto en aquellos ensayos donde se evaluaron manejos de alta tecnología como un riego suplementario.
El SRM 566 es un híbrido simple de ciclo completo y madurez relativa 125. Basa su excelente potencial de rendimiento en el gran número de hileras por espiga, su excelente fortaleza de caña y raíz y destacadísima resistencia a sequía. Su pack sanitario incluye una muy buena tolerancia a Mal de Río Cuarto, lo que lo hace apto para zonas endémicas de este mal, alta tolerancia a Roya de la hoja y a enfermedades de la espiga, lo que permite que en una cosecha demorada por condiciones ambientales, la calidad del grano no se vea afectada.
Sursem viene trabajando hace 25 años posicionando híbridos de acuerdo a su adaptabilidad por zona agroecológica, ofreciendo diferentes ciclos y tecnologías, adaptados diferentes fechas de siembra, para zonas de alta productividad, y materiales estables para ambientes de baja productividad.