En esta edición de Agroactiva el productor se dedicó a mirar más que a cerrar operaciones de compra.

Las decisiones de inversión vienen frenadas en el sector agropecuario por cuestiones que se vinculan más con la macroeconomía que con las condiciones objetivas de la producción. El incremento de las tasas de interés y la suba en el costo de los insumos modificaron el ritmo del negocio en la campaña 2013/14.

"Hay una desaceleración económica, aunque no una crisis sino una situación de amesetamiento, producto de la macro, ya que las condiciones productivas siguen operando", sintetizó el secretario de Agricultura de Santa Fe, Luis Contigiani, quien recorrió la última edición de Agroactiva para identificar el pulso del sector.

En ese sentido, el funcionario reconoció que las condiciones de producción son optimistas, fundamentalmente de cara a la campaña triguera. Explicó en este punto que las tareas vienen a buen ritmo y se espera que aumente la superficie sembrada con el cereal, aunque reconoció que esto está traccionado "más por condiciones de humedad y precio que por las políticas oficiales hacia el cultivo".

Contigiani, un conocedor de los vaivenes de la actividad agropecuaria, también reconoció que el productor sufrió muchos descuentos en los últimos años de manos de los exportadores por la política triguera oficial. Sobre todo, en el caso del trigo. "Es hora de que la clase política se ponga a discutir el sistema de comercialización de granos en la Argentina", dijo el funcionario santafesino y recordó que "este modelo contribuyó a que quedara en manos de unas pocas multinacionales".

Por eso consideró que entre la Junta Nacional de Granos del 91 y este sistema actual "debe haber una alternativa que posibilite una intervención mayor del sector público", agregó.

La diversidad de sectores que conforman el universo de la producción primaria en la Argentina conforman un mapa muy heterogéneo sobre la actividad que no permite trazar un balance único. "Hay una desaceleración económica, un amesetamiento, con sus variaciones según los segmentos", dijo Contigiani y reconoció que la merma de la inversión saliendo de la cosecha 2013/14 es notoria. "Estuve con una industria láctea santafesina y me mostraban cuatro variables que les aumentaron 30 por ciento a 40 por ciento los costos pero la leche no aumentó tanto. Lo que aumentan son ciertos insumos como azúcar y agregados de valor del maíz", dijo el titular de la cartera de agricultura santafesina.

Aunque el productor mostró una actitud reticente a invertir más allá de lo necesario en el arranque de este ciclo agrícola, la campaña de granos finos muestra señales positivas. Según precisó Contigiani "la decisión de siembra se mueve más fuerte que otros años", algo que se vio reflejado en la compra de semilla, en las labores y en la venta de insumos. "Hay un fuerte interés y vamos a tener más trigo que años anteriores en los cuales hubo pisos históricos", indicó y precisó además que "lo que se recomponga va a ser crecimiento, porque llegamos al fondo".

Según el funcionario, las dos variables que traccionan esta tendencia no pasan por la política sino por el precio y la humedad del suelo. "El productor este año va a sembrar mucho más trigo, se habla de 15 por ciento ó 20 por ciento más, pero hay movimiento y esto indica que habrá más siembra".
Contigiani explicó que Santa Fe llegó a tener en su momento entre 650 mil y 700 mil hectáreas en trigo en los últimos 20 años y hoy no llegamos a 500 mil hectáreas. "Creo que ahora se podría superar algo de esa cifra", indicó y consideró "necesario" que Santa Fe crezca en trigo porque en la provincia se implantan 3,4 millones de hectáreas de soja. "Hay mucha soja sobre soja y eso no es sustentable", puntualizó.

"Santa Fe insiste en el Consejo Federal Agropecuario que se tomen todas las decisiones para fortalecer la siembra", dijo el funcionario y señaló que el reclamo central es la transferencia del precio. "Este año ocurrió que entre el precio FOB, el FAS y el precio que recibe el productor, a éste le sacaron entre 20 a 50 dólares (según el momento), por tonelada y se lo llevaron los exportadores. "En una cosecha de hace tres años, esto representaba 700 millones de dólares", indicó.

Por eso para Contigiani la discusión de fondo es la comercialización granaria. "Argentina tiene un comercio de granos que tiene que volver a replantearse porque el actual modelo de concentración y extranjerización no es sustentable".

Consideró que la situación actual "perjudica a los pequeños productores, a los acopios de los pueblos" en función de que la exportación busca pasar menos por el recinto de las Bolsas. "Una deuda de la clase política es plantear un nuevo modelo en el que el Estado tiene que tener un rol más activo", dijo ya que "este modelo ha contribuido a que cuatro o cinco exportadores tengan cada vez más poder y eso no está bien", destacó el funcionario quien concluyó: "El gobierno nacional tuvo una gran responsabilidad en esto".