La Argentina puede recurrir la decisión y pedir una "reconsideración" (rehearing) del caso. Pero casi siempre son denegados. En los hechos, si esos recursos son denegados, la apelación termina y queda firme el fallo favorable a los holdouts.
Era el peor escenario y acaba de ocurrir. Lo mismo pasó con el segundo caso que tenía la Argentina en la Corte, el llamado Discovery. La decisión va en contra de lo que esperaba el gobierno de Cristina Kirchner.
La Corte llegó a esta instancia con tres opciones posibles sobre la mesa. Tomar el expediente, rechazarlo o postergar la decisión. El Gobierno y los mercados apostaban por esta última.
Tanto la Casa Rosada como la oposición esperaban un desenlace favorable. La expectativa coincidente se centraba en que la Corte postergaría la adopción de un criterio hasta conocer, primero, la opinión del gobierno de los Estados Unidos.
Un pedido de opinión de ese tipo significa en los hechos que el expediente se paraliza hasta que esa exposición se presente. En términos procesales, significa una demora de por lo menos seis meses en la tramitación del caso.