Esto generó una gran cantidad de situaciones problemáticas para poder realizar un ordenado arranque de trilla.

Ante esta situación, los Ings. Agrs. Ricardo Rodríguez, Luis Vicini y Pablo Saleme del INTA Famaillá brindan algunas recomendaciones para mejorar este comienzo de cosecha recolectando los granos con la mayor eficiencia posible y reduciendo las pérdidas dentro de los límites de tolerancia permitidos.

Monitoreo de pérdidas durante la cosecha

Para obtener granos secos, sanos y limpios es fundamental realizar una serie de mediciones y/o monitoreos a través de la metodología del aro propuesta por el INTA. Se trata de una herramienta rápida, efectiva y económica, que permite cuantificar la eficiencia actual de cosecha y corregir en tiempo real las calibraciones de la máquina para disminuir las pérdidas.

Existen tres tipos de pérdida durante la cosecha, que deben ser consideradas y evaluadas de diferentes maneras:

1) Precosecha: aquellas que se producen antes del ingreso de la cosechadora en el lote. Ante inconvenientes que retrasan la fecha óptima de cosecha, es común que ocurra un desgrane natural de las variedades y haya plantas volcadas. Para medirlas, se debe colocar cuatro aros de 56 cm. de diámetro cada uno en una zona representativa del lote. Luego, juntar los granos sueltos (tanto los de las vainas desgranadas como los que no serán levantados por el cabezal de la cosechadora) y contarlos, teniendo en cuenta que 60 granos medianos de soja o 10 gr/m2 representan 100 kg/ha de pérdida.

2) Cosecha: una vez que pasó la máquina cosechando, se deben lanzar los cuatro aros ciegos de 56 cm con fondo de lona o chapa dentro del área de cosecha (ancho de plataforma). A partir de allí, se tiene que diferenciar si las pérdidas son por cabezal o cola de la cosechadora de la siguiente manera:

A- Por cabezal: son los granos que quedaron por debajo del aro. Al conocer previamente las pérdidas por precosecha puedo restar ese valor al total de los granos que quedaron por debajo del aro y obtengo realmente la pérdida por plataforma.

B- Por cola: son los granos sueltos u obtenidos de las vainas mal trilladas o enteras recolectados por encima del aro.

Niveles de tolerancia de pérdidas durante la actual cosecha

Pérdidas de cosecha

Tolerancia (kg/ha)

Estos valores de tolerancia son independientes del rendimiento promedio del cultivo.

Precosecha

0

Cosechadora (cabezal)

60

Cosechadora (cola)

20

Cosechadora (total)

80

Una vez cosechados los granos, la logística de transporte y la elección del lugar y forma de almacenamiento son muy importantes para evitar movimientos innecesarios con las consecuentes pérdidas. Para ello, se debe coordinar las entregas con el acopiador o destinatario final, estableciendo un orden de prioridad de cosecha por lote a partir de la recolección por maduración o resistencia a la apertura de las chauchas de cada variedad.

Recomendaciones para reducir pérdidas

Considerando que la cosecha de soja se está reanudando en el Este de la Provincia, después de verse interrumpida por las condiciones del tiempo, veamos cómo se pueden minimizar las pérdidas en aquellos lotes que ya transitaron su fecha oportuna de cosecha. En esos casos, puede producirse un resecamiento abrupto de las vainas o una apertura de las mismas con la liberación de granos al suelo, ocasionando pérdidas de precosecha. A su vez, se pueden incrementar las pérdidas de plataforma por efecto del golpe de las cuchillas y dientes del molinete antes de cortar la planta.

Por esto, las cosechadoras deben ser acondicionadas antes de comenzar la cosecha con pruebas de calibración, especialmente en los sensores de altura de corte. También, se tiene que considerar la valiosa información que brindan los equipos de Agricultura de Precisión incorporados a los nuevos equipos.

Ante los inconvenientes mencionados, lo recomendable es regular la velocidad de avance de la máquina a 6,5 o 7 km/h, siempre que las demás variables como suelo y cultivo lo permitan. Por debajo de esta velocidad, se golpea la planta sin el apoyo de la planta vecina, generando la liberación de vainas y granos; y por arriba, la oscilación de las cuchillas no llega a cortar todas las plantas, dejando plantas enteras aplastadas por el cabezal.

En el molinete, la velocidad debe ser 1,2 veces mayor a la velocidad de avance y los dientes deben estar levemente inclinados hacia adelante, permitiendo un leve contacto con la planta y evitando golpes con el posterior desgrane de vainas.

En relación al sin fin de la plataforma que transporta el material hacia el embocador, es necesario observar las condiciones de las plantas antes de ingresar al sistema de trilla. La solución inmediata es ver el estado de las planchuelas en los porta cuchillas: si estas tienen 1,5 cm de altura por lo menos, se pueden retener los granos que caen desde la plataforma al suelo formando parte de la pérdida de plataforma; caso contrario, se debe bajar la plataforma, trabajar a la altura mínima y limpiar continuamente los granos depositados en ella durante la labor.

Con respecto a la humedad del grano a cosechar, es fundamental comenzar con un 14% para terminar el día con un 12,5%, considerando que la humedad de recibo es de 13,5. En el caso de trabajar con granos muy húmedos (más de 14,5%), no se debe descuidar las separaciones entre el cilindro y cóncavo: 18 mm adelante y 12 mm atrás. Mientras, en las sojas más secas, las distancias deben ser de 25 mm adelante y 15 mm atrás.

Otro de los puntos tiene que ver con las revoluciones por minuto (rpm) del cilindro trillador. Por ejemplo, si tenemos un cilindro con un diámetro de 560 mm, lo ideal es trabajar a 760 rpm aproximadamente en sojas húmedas y a 430 rpm en soja secas. Este concepto es aplicable a cualquiera de los sistemas de trilla utilizados: convencional u axial.

En cuanto a la cosechadora en general, se deben controlar y calibrar todos los mecanismos desde la plataforma hasta el sistema de esparcido, que debe cubrir el ancho completo de la plataforma para generar una correcta distribución del material sobre el lote. Esto redundará en una mayor sustentabilidad del mismo para las siembras y cosechas posteriores.

En la etapa posterior, el manejo durante la poscosecha, es muy importante guardar los granos con la humedad de recibo. En el caso de las bolsas plásticas, cuanto menor es la humedad del grano durante el guardado, mayor es el tiempo de almacenamiento seguro (entre seis y once meses de acuerdo a investigaciones del INTA, siempre que el sistema se mantenga hermético).

Para el armado del sistema de embolsado, es fundamental la elección del terreno para confeccionar la bolsa, que debe ser plano y alto para evitar anegamientos de agua. También, en el momento del llenado, se tiene que controlar la humedad de los granos que ingresan e indicar en la bolsa las diversas humedades y lotes de donde provienen los mismos para poder planificar las prioridades de salida.

Por otro lado, se debe controlar el estiramiento de la bolsa al momento de cargarla para que se confeccione recta y sin bóvedas de aire en su interior, evitando la condensación de aire y el humedecimiento de los granos en su interior.

Es indispensable el cierre hermético de la bolsa con termoselladores y/o dos trabillas de maderas, apretando y enrollando la misma hacia adentro para no permitir el ingreso de agua por el cierre.

Por último, considerando el tiempo de almacenamiento en base a la humedad del grano, se deben realizar monitoreos periódicos para controlar la integridad física de la bolsa y poder corregir roturas, ya que el tiempo de almacenamiento seguro sólo se logra si se mantiene la hermeticidad del sistema.