El Gobierno jugó la última carta legal que le quedaba para impedir un inminente conflicto en la estratégica industria de la alimentación: prorrogó la conciliación obligatoria entre el sindicato y el sector patronal hasta el viernes 13. Si para esa fecha no hay acuerdo salarial, el gremio avisó que comenzará con paros de cuatro horas por turno, lo que en los hechos significa que las plantas producirán sólo durante la mitad del día. “Si hay conflicto, habrá problemas con el abastecimiento y las empresas no podrán cumplir con el programa Precios Cuidados”, advirtió Marcelo Ceretti, director ejecutivo de la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios (CIPA).
El pronóstico del sector patronal es que habrá paro. ¿La razón? La diferencia entre lo que pide el sindicato y lo que ofrecen las empresas es enorme. La patronal ofreció una suba del 30% en tres cuotas y el pago de una suma no remunerativa. Pero el sindicato reclama que el básico suba de $ 6.200 a $ 9.000, es decir un incremento del 45%.
Héctor Morcillo, secretario gremial de la Federación de Trabajadores de la Alimentación, consideró “falso” que un paro de su gremio pueda poner en jaque el programa oficial Precios Cuidados.
“Una medida nuestra no produce desabastecimiento. El grueso de nuestra producción son golosinas y envasados. Nosotros no elaboramos ni harina, ni aceite, tampoco pan, lácteos y fideos; todos esos alimentos son fabricados por trabajadores de otros gremios”, argumentó a Clarín Morcillo.
Según el sindicalista, “amenazar con desabastecimiento es una extorsión. Quieren que el Gobierno intervenga y ponga en caja al gremio, algo que no va a ocurrir”.
En las negociaciones, los empresarios alegaron que no estaban en condiciones de dar el incremento que pretende el sindicato. “El sector de la alimentación no es ajeno a la realidad que vive el resto de la industria”, dijo Ceretti. Y agregó: “La desaceleración se está haciendo pronunciada en toda la industria de la alimentación. Aún no repercutió en el empleo, aunque podría ocurrir si no se logra un acuerdo salarial razonable”.
El directivo de la CIPA también planteó que con el gremio deben “buscar un acuerdo salarial que sea viable para las empresas. Acá el problema es que lo que piden no es compatible con lo que pueden pagar las empresas en el marco del régimen de Precios Cuidados”.
Pero para el gremio las compañías tienen “espaldas de sobra” para otorgarles el aumento que exigen. “Entre noviembre, cuando se fue Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio, y enero, cuando se lanzó Precios Cuidados, hubo alimentos que aumentaron más de un 100%”, dijo Morcillo.
En el gremio rechazaron que su dureza en las negociaciones obedezca a que en algunas alimenticias importantes la izquierda controle las comisiones internas. “No pensamos en eso. Estamos defendiendo el salario de los 80.000 trabajadores de la alimentación”.
En las principales alimenticias se trabaja en tres turnos de 8 horas cada uno. Si el gremio convoca a un paro de cuatro horas por turno, en los hechos significará que las fábricas trabajen sólo medio día. “Si hay paro, la responsabilidad será de ellos”, subrayó Morcillo.
Otros gremios amenazan con la realización de medidas de fuerza si no se destraban sus paritarias, como los colectiveros y los ferroviarios. Camioneros acaba de arrancar sus negociaciones salariales: exige una suba del 40%.