El clima durante mayo siguió favoreciendo a la región algodonera principal del país, con lluvias que predominaron entre 40 y 60 milímetros en la zona norte, algo más importantes hacia el sur, siempre con un piso en los valores normales. Si viene el ambiente húmedo pudo haber generado condiciones que no fueron las ideales para la cosecha, la situación no fue tan difícil como la que se observó en la región pampeana, fundamentalmente porque las jornadas con insolación y máximas más cálidas aún estuvieron presentes. En este sentido el mes el último mes del que podemos llamar el trimestre de otoño tuvo un equilibrio de variables satisfactorio, que permitió las labores de campo pero que además tuvo las recargas necesarias como para sostener el buen nivel de reservas con las que el NEA ha ingresado al trimestre frío.

Durante el pasado mes se observó un predominio de lluvias normales en el domo central chaqueño, algo más abundantes hacia el oeste. De todos modos hay que rescatar que el trimestre de otoño tuvo una oferta de agua que ha permitido arribar a esta altura del año en condiciones de humedad mejoradas respecto de las habituales para la época. Por lo tanto con un buen manejo de estas reservas, más algunos aportes menores que puedan ir apareciendo en los próximos meses, se perfila una salida a la primavera con perfiles con una menor demanda hídrica.

Las temperaturas también se expresaron con registros benignos en la zona del NEA. Como dijimos aún se observaron jornadas con máximas cálidas y si bien en los últimos días de mayo se produjo un enfriamiento destacado, las temperaturas mínimas no cayeron por debajo de los 2°C en la zona algodonera principal. Es poco probable que con estas marcas térmicas y con suelos húmedos se hayan concretado heladas, en todo caso, en algún bajo pudo haberse dado un evento débil. En general no hubo irrupciones de aire frío rigurosas, las cuales no son extrañas durante el mes de mayo en el Chaco. Esto habla de una lenta transición hacia el invierno, la cual se ha mostrado como enfriamientos que hasta el momento son de poca importancia, condición que también favorece mucho a las zonas maiceras del Paraguay.

La situación actual de reservas del NEA, plantea condiciones de partida que bien manejadas pueden reducir la incerteza del escenario agrícola para comienzos de primavera. Si se hace un buen manejo del agua, la llegada de las primeras lluvias de septiembre puede fortalecer la humedad de las capas superficiales y comenzar a definir un panorama sin una demanda de agua elevada.

Recordamos que estadísticamente, no  es raro encontrarse llegando finales de septiembre con perfiles totalmente secos en la zona algodonera principal, lo cual transfiere una fuerte presión al mes de octubre. En cierto modo estamos ingresando al invierno con un panorama que puede considerarse algo atípico, por cierto favorable. Si bien el invierno no suele tener grandes aportes pluviales en la zona mediterránea del NEA, no son necesarios milimetrajes elevados para que los perfiles se mantengan con un buen nivel. Por otra parte no resultaría extraño que el trimestre frío resulte más húmedo que lo habitual, lo cual se vuelve más probable si al desandar el mes de junio las masas de aire polar no comienzan a desplegarse sobre la zona. En este sentido, no sería ilógico esperar que las heladas fuertes recién lleguen a finales de junio o comienzos de julio.

Durante el trimestre frío normalmente se observa un fuerte gradiente de las precipitaciones desde el este hacia el oeste, en general con el mayor rigor térmico de las bajas temperaturas en las zonas mediterráneas de Santiago y Chaco, sin embargo, si el aire húmedo continúa reciclándose en el centro norte de la Mesopotamia y el sur de Paraguay, no llamaría demasiado la atención que el mes de junio presente precipitaciones generosas aun en áreas del domo central. Para cuantificar, 40 milímetros en junio en la zona central del Chaco y las vecindades de Santiago, son precipitaciones destacadas. Esto no es improbable de observar bajo las actuales condiciones de circulación atmosférica.

La situación actual de reservas más un escenario Niño para el comienzo de primavera, en principio debería considerarse como un panorama a largo plazo con menor incerteza, al menos en cuanto a la disponibilidad de agua. Es decir se viene saliendo de una buena cosecha y el clima parece mostrar un guiño positivo para el comienzo de la próxima campaña en el noreste del país.

 

Por CCA - exclusivo Agrositio

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