Nuestro país es reconocido en la región y en el mundo por la implementación de políticas de control, prevención y erradicación de enfermedades y por los rendimientos y la calidad de producción de los cultivos. Así lo manifestaron especialistas en la materia de Brasil, Uruguay, Colombia, Estados Unidos y Argentina, que participaron del 3° Congreso Argentino de Fitopatología en Tucumán.
Durante su exposición, en el panel "Sanidad vegetal con responsabilidad social", el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Carlos Casamiquela, resaltó el trabajo de los organismos técnicos vinculados a los aspectos sanitarios y de control y sostuvo que "investigar plagas y enfermedades requiere entender la complejidad y el funcionamiento de los sistemas de los que somos partes, sino nos quedamos con una lectura chica que impide ver la globalidad".
En la misma sintonía, el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso, Daniel Ploper, destacó las palabras de Casamiquela y remarcó que "el fitopatólogo no es sólo aquella persona que está en el campo, sino que es parte de un sistema". Y agregó: "Quien se dedica a la fitopatología tiene que pensar no sólo en su investigación sino en función de los objetivos de una sociedad".
El plenario, que comenzó hoy y se extenderá hasta el viernes en la provincia del noroeste argentino, surge en base a la necesidad de disminuir las enfermedades que causan la reducción en los rendimientos y la calidad en la producción de los diferentes cultivos. La idea del Congreso es dar a conocer el trabajo que realizan los investigadores en fitopatología para contrarrestarlas.
Por otro lado, el titular de la cartera agropecuaria repasó los índices mundiales y aseguró que "el 90% de la tierra cultivable está en América Latina, el Caribe y África. Argentina se encuentra entre los 20 países con mayor cantidad de tierra cultivable y mayor potencial de riego", y en esa línea agregó: "Un tercio de la población mundial tiene su sustento en la agricultura".
A su vez, expresó la importancia de los roles estratégicos que juegan en ese contexto tanto América Latina y el Caribe como África, y se refirió a la necesidad de profundizar el desarrollo en materia científica y tecnológica, para acompañar esos cambios a nivel global.
Posteriormente, Casamiquela se reunió con el gobernador de Tucumán, José Alperovich, y ministros locales, con quienes conversó sobre la coyuntura agrícola en la región, con especial hincapié en las potencialidades de la agricultura familiar, como herramienta de inclusión y desarrollo social, con eje en las economías regionales y en la elaboración de productos con alto valor agregado en origen.
El simposio, que comenzó en la sede del INTA Famaillá, con la realización del Curso Pre-Congreso FruTIC, sistema interactivo de información y comunicaciones para el manejo integrado del cultivo cítrico, contará con la presencia de más de 60 disertantes de distintos países de Latinoamérica y Estados Unidos.
Además de Casamiquela y Ploper, formaron parte del panel de apertura, el ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán, Jorge Feijoó, y el presidente de la Asociación Argentina de Fitopatólogos (AAF), Luis Conci.
Casamiquela destacó el rol de los fitopatólogos ante las más de 60.000 plagas y patógenos de plantas que existen en el mundo. “La gestión eficaz de las plagas y enfermedades en los últimos 40 años fue clave en la duplicación de la producción de alimentos”. Pero, señaló que aún existe un fuerte desafío para estos investigadores, ya que “los patógenos todavía perjudican entre un 10 y 16% de la cosecha mundial. Y se estima que las enfermedades de plantas pueden reducir el rendimiento de casi el 20% de los principales alimentos y cultivos comerciales en todo el mundo”.
El funcionario dijo que se deben considerar las cuestiones sociales, económicas y ambientales que se involucran en la problemática de la sanidad vegetal. A modo de ejemplo, explicó la importancia de prevenir y controlar el HLB, central para Tucumán y otras provincias productoras de cítricos. “Esta enfermedad significa afectar a 130.000 Has bajo cultivo en el NOA (61%), NEA (39%) y otras 10 provincias; 2.895.761 toneladas; 5.300 productores; 440 instalaciones de empaque; 20 plantas industriales; 100.000 trabajadores; y un valor de U$D 1.067 M entre consumo y exportación”.
Por esto, remarcó que “cuando hablemos de HLB desde el punto de vista filosófico sería bueno hablar de que no estamos abordando la problemática de una enfermedad, sino de un sistema social, económico, político, estratégico dentro de del marco del sistema científico tecnológico argentino; de un país que comienza a integrarse a América Latina y de un continente que comienza a tener impactos de todo el mundo. Las posibilidades de visualizar las complejidades de los sistemas de los que somos parte es la clave del desarrollo profesional”.
Por su parte, en referencia al congreso, Ploper indicó que el desafío es “facilitar la ocasión para profundizar competencias que hacen tanto al examen de nuevas metodologías de diagnóstico de fitopatógenos o al manejo integrado de enfermedades como a la docencia de la fitopatología”.
Por esto, agregó que “esta responsabilidad se expresa en las buenas prácticas agrícolas, en la inocuidad de las soluciones que propongamos, en la atención por la biodiversidad y en generar los esfuerzos innovativos que garanticen la sustentabilidad y la seguridad agroalimentaria”.
Durante el congreso disertarán reconocidos especialistas de diferentes provincias de Argentina y de países como EEUU, España, Brasil, Chile, México, Colombia, Ecuador y Uruguay. A esto se sumarán los más de 360 trabajos de investigación mediante exposiciones orales y en poster, conferencias plenarias, mesas redondas y talleres.
Uno de los puntos centrales del evento serán las actividades relacionadas con las buenas prácticas de manejo integrado e inocuidad a partir de las necesidades y requisitos que tienen los mercados internacionales.