La iniciativa suena ambiciosa: crear una red que enlace a todos los organismos de control de América latina y del Caribe que permita el intercambio fluido de información, no sólo para detectar hechos de corrupción, sino sobre todo para prevenirlos.
No se trata de una utopía; por el contrario, esta iniciativa se cristalizó ayer en la llamada "Resolución de Buenos Aires", suscripta por los presidentes de los órganos de control de Brasil, la Argentina, Chile, Paraguay y Perú en las flamantes oficinas de la Auditoría General de la Nación (AGN), en la ciudad de Buenos Aires.
La idea de crear una red de órganos de control fue gestada por João Augusto Ribeiro Nardes, jefe del Tribunal de Cuentas del Brasil y presidente de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (Olacefs). En el último tiempo, el vecino país ha sido un ejemplo en la lucha contra la corrupción con las condenas de 24 funcionarios del gobierno de Lula da Silva.
"La propuesta no es sólo realizar auditorías para detectar la corrupción, sino sobre todo para prevenirla. Eso es lo más importante, porque ayudará a mejorar la gobernanza de los países de la región. Estamos todos en el mismo barco, convivimos en un mismo continente; por eso debemos estar juntos y fortalecer el intercambio de información entre los organismos de control para que haya una mayor transparencia y los intereses del ciudadano estén por encima de los intereses privados", enfatizó Nardes, en diálogo con LA NACION.
Con esta iniciativa en mente, que finalmente se concretó ayer, Nardes viajó a principios de este mes a los Estados Unidos, junto a su par de Colombia, Sandra Morelli, para buscar el respaldo de organismos internacionales y lograr la gestación de esta red latinoamericana contra la corrupción. En ese sentido, mantuvieron reuniones con importantes referentes del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. Asimismo, lograron que el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, expresara su enfático respaldo al proyecto.
"Nuestra intención no es sólo trabajar entre nosotros, sino incluir a otras entidades dedicadas también a la lucha contra la corrupción, como fiscalías o ministerios públicos. La idea es convertirnos en un puente con esos organismos", explicó a LA NACION Ramiro Mendoza, presidente de la Contraloría General de Chile, quien agregó: "La corrupción no es un problema de mala suerte, sino un problema de las estructuras de gobierno y de voluntad institucional".
"En América latina, hoy no hay más dictadores; hay corruptos -continuó el chileno-. Y la corrupción es otro tipo de violación a los derechos humanos. Porque la corrupción va más allá de que alguien se enriqueció; el problema central es que a muchos se les generó un daño."
Leandro Despouy, jefe de la AGN y anfitrión del encuentro de ayer, asintió. "En este encuentro coincidimos en la necesidad de poner vallas firmes contra la corrupción, pero que solos, cada uno por su lado, no podemos. Por eso las entidades de control debemos actuar en conjunto con otros organismos que luchan contra la corrupción", señaló.
"Esto es necesario porque en la región hay cada vez más conciencia sobre los daños de todo tipo que provoca la corrupción en la ciudadanía", finalizó Despouy.
Los ejes centrales del programa
Prevención
El objetivo es crear una red que enlace a todos los organismos de control para detectar y, sobre todo, para prevenir hechos de corrupción
Alcance regional
Buscan que participen todos los organismos de control de América latina y del Caribe, para permitir el intercambio fluido de información