Este 2014 marcará un nuevo récord para la ganadería argentina: será el peor año para la exportación de carne vacuna de los últimos 50 años y se incumplirá por séptimo año consecutivo con la denominada Cuota Hilton. La exportación caerá por debajo de las 150 mil toneladas, lo que representa solo el 5% de la oferta total de carne, según afirma CRA en un comunicado.
El volumen de la exportación será aún más bajo que el año 2001 cuando se cerraron los mercados internacionales por la detección de focos de aftosa. En tanto que el impacto de la falta de competitividad de la ganadería también alcanzará a la Cuota Hilton que por séptimo año consecutivo se incumplirá, lo que generará pérdidas acumuladas en el ingreso de divisas para la Argentina que alcanzarán los 1.000 millones de dólares.
En tanto las expectativas de que se avecine un comienzo de recuperación en la ganadería nacional son escasas, fundamentalmente por la destrucción que genera el proceso inflacionario, largamente ocultado por el Gobierno nacional, la elevada presión impositiva que castiga la rentabilidad de la producción y la continuidad de una política necia basada en una fuerte intervención en la exportación.
Como Confederaciones Rurales Argentinas lo viene denunciando desde 2006 este paquete de políticas negativas causa una inevitable retracción en la inversión y en la oferta de carne en el mediano y largo plazo.
Los números no son nada alentadores para los productores ganaderos, que sobre sus espaldas cargan con una inflación acumulada en estos últimos 4 años del 170%, mientras que el precio de la hacienda creció solo en un 45%. El aumento generalizado y constante de los precios (incluido los costos) supera ampliamente la evolución del precio de la hacienda quitándole, como es lógico, poder de compra al productor.
La falta de señales positivas hacia el campo de parte del Gobierno nacional para aumentar la inversión en tecnología llevó nuevamente a un estancamiento del stock ganadero. Como sucede en estos casos el ciclo de liquidación de hembras ya dejó de ser una amenaza para ser una noticia concreta: la participación en la faena total de las hembras es hoy del 46,5%.
La cadena completa de la ganadería pide a gritos cambios de políticas. La industria frigorífica, con más de 120 plantas paralizadas, es un síntoma de la crisis que ya dejó a 20.000 trabajadores en la calle.
Es por eso que Confederaciones Rurales Argentinas solicita una vez más y de manera urgente una política de Estado de largo plazo para la ganadería, que contemple también la reducción inmediata de la presión impositiva, eliminado los derechos de exportación a la carne y subproductos, y la generación de un mercado transparente y competitivo con la eliminación de los mecanismos distorsivos como ROEs y precios máximos.
De no modificarse el rumbo, una vez más productores ganaderos, trabajadores y consumidores continuarán en este 2014 siendo rehenes de una realidad asfixiante que destruye la generación de alimentos, golpea los bolsillos de los argentinos, retrasa el desarrollo tecnológico de los campos, y cierra las puertas de la Argentina hacia otros mercados en un mundo cada vez más globalizado.