Los futuros de la soja sufrieron ayer su tercera caída consecutiva, tras la seguidilla de máximos en 10 meses que el jueves último tocó u$s 562,8 la tonelada, ante una toma de ganancias de los fondos especulativos potenciada por informaciones sobre importaciones en EE.UU. de oleaginosa desde América del Sur. El contrato mayo 14 cerraron a u$s 543,70 la tonelada, 1,27% menos que la jornada previa. La baja acumulada desde el miércoles (último cierre en alza) llega a 2,56%.
Entre las razones para el desinfle de precios, los analistas mencionan una retracción de la demanda china, además de el posible arribo al Golfo de México de barcos con poroto sin procesar procedente de Brasil y harina de soja argentina para cubrir las necesidades de la industria norteamericana. Esa expectativa fue bajista a pesar de que el Departamento de Agricultura norteamericano (Usda) había estimado en el informe de abril importaciones por 1,8 millón de toneladas de soja sin procesar y de unas 240.000 toneladas de harina de soja.
Locales, más que activos
Más allá de lo que sucede en Chicago, y como se vio reflejado cuando allí los futuros tocaban máximos de operación para los últimos casi dos años, el mercado doméstico de la soja siguió por su carril. La alta demanda por parte de los compradores los llevó a mejorar las ofertas, tras las pérdidas del día previo, hasta u$s 310 la tonelada. Se concretaron negocios por 80.000 toneladas.
Tras el cierre del mercado, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) actualizó su estimación de la producción final sojera. Precisó que pese a las inundaciones, que dejaría sin cosechar unas 450.000 hectáreas, los altos rindes que generan otras regiones, como Córdoba, que en algunos casos llegan a 67 quintales por hectárea, permiten estimar una producción final de 54,9 millones de toneladas, 13,6% más que el año pasado.