Desde el 25 de marzo se lleva a cabo, en el predio de la Sociedad Rural Argentina, la Asamblea de la Organización Mundial de Agricultores (OMA) cuya misión es reunir a instituciones de productores agropecuarios para impulsar políticas y mejorar las condiciones de los empresarios del sector, sus familias y la comunidad en su conjunto.

La ceremonia oficial de apertura se realizó el miércoles 26 y contó con la presencia de Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina; Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Robert Carlson, presidente de la Organización Mundial de Agricultores, entre otras personalidades reconocidas.

El jueves 27 se abordaron cuatro paneles temáticos que hicieron hincapié sobre la seguridad alimentaria, la cadena de valor, la innovación e incorporación tecnológica y el cambio climático.

En los primeros dos paneles, se analizó la sostenibilidad de los sistemas alimentarios en un contexto donde se modificó la dieta nutricional de los países emergentes y se incrementó la población mundial. Además, se planteó el desafío de integrar a los pequeños agricultores en la cadena de valor para que puedan transformarse en productores eficientes.

Innovación

En otro tramo del encuentro, Santiago del Solar, productor agropecuario y protesorero de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), disertó en el bloque dedicado a la innovación. Se trató de un espacio para exponer aquellas acciones destinadas a impulsar las invenciones tecnológicas que permitan incrementar la productividad de las actividades agropecuarias.

“Hay países en los cuales en mayor o menor medida distintos organismos gubernamentales brindan apoyo a los productores, ya sea a través de asesoramiento técnico o económico, buscando incentivar la innovación. Pero eso no siempre llega, y en muchos casos los agricultores están a su suerte y deben imaginar maneras de buscar ellos mismos las soluciones a sus problemas”, afirmó.

“Por otro lado, al innovar aplicando nuevas ideas, cambiando conceptualmente cómo hacemos las cosas, generamos impactos y externalidades no menores. El concepto de destrucción creativa de Joseph Schumpeter, es conocido tanto por los efectos positivos que acarrea la creatividad misma, como también por la cantidad de resistencias e impactos negativos que se producen alrededor a medida que avanza la novedad dejando detrás otras formas, otras costumbres, otras tecnologías y hasta en algunos casos tradiciones muy arraigadas”, agregó.

“Cuando de manera explosiva empezó a difundirse la siembra directa en Argentina, encastrando esta tecnología como piezas de un rompecabezas en forma exacta con otras, como las innovaciones en genética, los nuevos herbicidas y la expansión del uso de fertilizantes, generó grandes y profundos cambios. Esta revolución tuvo también efectos en otras actividades  ya preestablecidas y hasta en costumbres arraigadas en mi país”, recordó.

“El cambio de las labranzas convencionales a la siembra directa generó tantos impactos, que daba  la sensación de que se había pateado un hormiguero. Empezamos a ver como la rotación con cultivos en forma permanente desplazaba a las pasturas donde antes había novillos pastando. Y esto no fue solo un cambio de paisaje, sino todo un cambio en la matriz económica y social en el campo argentino. Surgieron nuevas demandas laborales mientras otras se fueron apagando. Nuevas industrias florecieron y otras fueron buscando nuevos nichos para poder continuar, como es el caso del engorde de novillos, que pasó en gran medida de las tradicionales pasturas a  los feed lots”, apuntó.

“El bombardeo de nuevas tecnologías, nuevas maquinarias, ideas innovadoras, genética, software, herramientas comerciales, puede ser abrumador para una empresa agrícola familiar. Es muy difícil separar y distinguir que es lo que realmente se ajusta a las necesidades particulares de una finca, chacra  o predio.  Y está bien claro que solos no podemos. Y para eso no hay nada mejor que buscar a “little help from my friends”, propuso.

En tal sentido, Del Solar hizo hincapié en la manera en que el Movimiento CREA lleva adelante, desde hace más de 50 años, su metodología de trabajo que abarca a grupos de productores, organizados institucionalmente y asesorados por técnicos independientes, que buscan intercambiar experiencias.

“La inteligencia colectiva en base a un método ordenado permite el aprendizaje entre los miembros que buscan generar un diagnóstico para cada campo y cada situación productiva, familiar y económica en particular”, expresó.

Desafíos impostergables

El orador consideró que innovar en nuevas tecnologías en un contexto inestable no es tarea fácil para los agricultores, pero no hacerlo, a futuro, será contraproducente.

“El statu quo parece un cómodo refugio, pero no es la actitud correcta que el empresario agrícola debería adoptar en un mundo altamente competitivo”, señaló Del Solar.

Por último recordó que aquellas empresas que decidan innovar, desde aspectos productivos hasta organizacionales sobrevivirán ante escenarios inestables. “Tal es el caso de las compañías más importantes del mundo que destinan su presupuesto a investigar sobre nuevos sistemas de trabajo porque están dispuestos a encontrar nuevas alternativas para mejorar lo que vienen haciendo”, culminó.

El programa del día se completará con el panel sobre Cambio Climático donde se hará referencia a los efectos causados en la agricultura y las técnicas desarrolladas por los productores para adaptarse a dicha realidad.