El pescado es un alimento rico en proteínas y bajo en calorías, grasas totales y grasas saturadas. Con niveles altos de vitaminas y minerales, ofrece numerosos beneficios nutricionales. Su consumo, ayuda a disminuir el riesgo de ataque cardíaco, de derrame cerebral y de hipertensión y provee nutrientes esenciales para el desarrollo de infantes y niños.
En varias de las culturas alimentarias de los pueblos originarios e inmigrantes que habitaron el actual territorio argentino, el pescado ocupó un lugar primordial. Los onas, por ejemplo, sobrevivían mediante la pesca en las costas y la recolección de mariscos. Por su parte, para los andaluces, quienes conformaron el 60% de la inmigración española, la pesca también era una actividad tradicional y un componente esencial en su dieta, el atún rojo y el langostino eran platos muy comunes, por ejemplo.
La Argentina posee ventajas importantes para abastecer un consumo masivo de pescado, extenso litoral marítimo, expansión de sus desembarques e incorporación de modalidades tecnológicas nuevas de captura y procesamiento. Un periodo específico en el que se verifica un pico de consumo de pescado es la celebración de la Pascua.
La actividad primaria de la pesca ofrece un producto noble para el consumo, dada su escasa manipulación consistente en un mínimo proceso de fileteado. Por su parte, los recursos tecnológicos disponibles para el procesamiento de pescado, permiten producir alimentos con un alto grado de seguridad para el consumo.
Estadísticamente, la mayoría de las intoxicaciones de origen alimentario, incluyendo el consumo de pescado, suceden por la manipulación inadecuada, especialmente luego de su adquisición.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) considera necesario recordar algunas recomendaciones para el consumo responsable de los productos pesqueros.
A la hora de comprar:
Recurrí a comercios habilitados por la autoridad competente.
Tené en cuenta que el comercio debe mantener las temperaturas de cámaras y freezers dentro de los niveles exigidos.
Es muy importante que los pescados y mariscos en exposición y en estado fresco cuenten con abundante hielo en escamas.
Prestá atención a la higiene del local.
Recordá que los correspondientes certificados de amparo sanitario de pescados y mariscos son extendidos por el Senasa y/o el Mercado Central de Buenos Aires (para los productos adquiridos allí) donde consta el local como destino final.
Las latas de conserva de productos pesqueros, al igual que otros enlatados, no deben presentar abolladuras, ni estar hinchadas, ni oxidadas. Tené en cuenta los rótulos, procedencia y fecha de vencimiento.
Tené en cuenta que los camarones y langostinos no presenten manchas negras u olor desagradable, éstos son signos de deterioro.
Es preferible consumir los pescados bien cocidos, especialmente los individuos más susceptibles (mujeres embarazadas, niños, ancianos e inmunosuprimidos).
Las pencas de bacalao salado deben tener aspecto seco y no presentar puntos rojos o negros en su superficie, pues esto indica que han sido atacados por hongos.
Elegí los productos de agradable aroma a mar. Los filetes deben ser firmes al tacto.
El pescado enfriado debe tener las branquias rojas, las escamas bien adheridas al cuerpo y brillantes, y su carne debe ser firme, que no ceda a la presión del dedo.
Los ojos del pescado fresco entero deben ser brillantes. La presencia de opacidad o hundimiento es índice de deterioro (salvo en la Lisa y en el Dorado).
El pescado fresco puede conservarse de 1 a 2 días en heladera (en la parte más fría), y hasta tres meses en el freezer.
Los productos congelados deben conservarse en freezers (–18º C). En caso de carecer de ellos, guárdelos en el congelador y consúmalos en el día. Evite descongelar y volver a congelar los pescados y mariscos. Hágalo dentro de la heladera y una vez preparados, consúmalos lo antes posible.
Si los pesca Ud. mismo verifique con la autoridad sanitaria local la seguridad de la captura en su área. Consérvelos en hielo durante la pesca y el transporte.
Al adquirir mejillones enteros frescos u otros moluscos bivalvos, éstos deben estar “vivos”, lo que se comprueba porque las valvas se encuentran cerradas.
Si están abiertas, compruebe si con un leve golpe se cierran.
No recolectar moluscos y/o mariscos en las playas para el consumo casero.
No adquirir preparaciones elaboradas con mariscos (conservas, ensaladas, paellas, etc.) en puestos callejeros o locales que no tengan habilitación bromatológica.
No compre mariscos frescos “al pie del barco”, en escolleras o los que puedan ofrecerle pescadores artesanales.
Compre o consuma mariscos solo en pescaderías, restaurantes o locales de comidas debidamente habilitados.
Dado que las toxinas producto de las mareas rojas no se destruyen con el
agregado de limón, vinagre o alcohol ni se inactivan con la cocción, lo más
seguro es consumir alimentos que cuenten con los análisis sanitarios de
organismos oficiales competentes.
Los transportistas, por su parte, deben:
Mantener la cadena de frío y actualizar su registro para el transporte de productos alimenticios.
Transportar los productos en condiciones adecuadas de embalaje y en los casos que corresponda, con abundante hielo en escamas.
Tener en su poder toda la documentación obligatoria y los correspondientes Certificados de Amparo Sanitario expedidos por el Senasa, y/o la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires (para los productos adquiridos allí) y/o guías de tránsito extendida por autoridades provinciales.
Recordar que los moluscos bivalvos (mejillones, vieiras, cholgas, etc.) deben
incluir en el Certificado Sanitario del Senasa el número del análisis que
determina la ausencia de “Toxinas (son varias las toxinas paralizantes,
diarreicas y amnésicas)”.
Por último, el consumo de productos pesqueros sanos requiere que los
comerciantes:
Mantengan las temperaturas de cámaras y freezers dentro de los niveles exigidos.
Los pescados y mariscos en exposición y en estado fresco, cuenten con abundante hielo en escamas.
Mantener permanentemente la higiene del local.
Exigir los correspondientes Certificados de Amparo Sanitario de pescados y
mariscos, extendidos por el Senasa, y/o el Mercado Central de Buenos Aires (para
los productos adquiridos allí), donde conste su local como destino final y
téngalos siempre a disposición.
Es un consejo del Senasa en apoyo del consumo responsable de productos
pesqueros.
- Para más información 0800-999-2386