En septiembre de 2012 se conoció la noticia de la muerte de un joven irlandés de 22 años, Nevin Spence, que por intentar salvar a su perro terminó cayendo, junto a su padre y su hermano mayor, en un tanque que contenía desechos animales. El enorme tanque guardaba abono natural, una mezcla de agua y estiércol de vaca que se almacenaba para ser usado como fertilizante.

Las tres víctimas murieron rápidamente fulminadas por los gases que desprendían los residuos biológicos.La noticia conmocionó al país porque Nevin era una joven promesa para el rugby irlandés. Para nosotros fue el disparador de esta nota, que apunta a identificar los principales accidentes que se producen en los tambos y el nivel de concientización que hay por parte de sus dueños sobre la necesidad de prevenirlos en el trabajo diario.

De acuerdo a la Aseguradora de Riesgos del Trabajo del Grupo Sancor Seguros, los accidentes más comunes que se producen en los tambos son las caídas, los golpes y contusiones, los esfuerzos físicos excesivos al levantar objetos pesados y el atropello o accidentes en el manejo de animales. En menor medida se registran accidentes cuando las instalaciones eléctricas son precarias o están en mal estado y cuando el empleado queda atrapado en una de las partes móviles de las máquinas, como poleas, tomas de fuerza, transmisiones, ejes, correas, entre otras.

También están los riesgos químicos, cuando se manipula productos de limpieza, y los biológicos, cuando no se toman las precauciones necesarias, por ejemplo al momento de aplicar una inyección al animal. De acuerdo a las estadísticas que maneja la empresa, la actividad tambera registra una tasa de accidentabilidad de 14,65%. Esto significa que de cada 100 trabajadores, más de 14 se accidentan en el período de un año, lo que representa un 35% más que el promedio para la actividad agropecuaria.

Sin embargo, si se observan los números de los últimos cinco años, los accidentes de trabajo en tambo disminuyeron un 18,6%, lo que indica que hay una mayor concientización sobre la necesidad de tomar medidas de prevención de riesgos dentro de los establecimientos lecheros. Los accidentes, ¿causa del destino? En el siglo XXI todavía hay productores que creen que los accidentes que se producen ocurren porque "tenían que pasar", algo así como un designio del destino o una voluntad de Dios., y no como consecuencia de la ausencia de elementos de protección en el trabajo diario.

Así lo pudo comprobar Héctor Tarabla, del INTA Rafaela y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad del Litoral, que junto a un grupo de investigadores compuesto por Marcelo Signorini y Ana Molineri, entre otros, realizó distintas encuestas y censos en zonas tamberas.

FALTA DE CONCIENCIA

Tras recorrer muchos tambos, estos investigadores pudieron comprobar que en las generaciones más jóvenes se puede observar una mayor concientización sobre la necesidad de implementar protocolos o medidas cotidianas para garantizar la seguridad del empleado. En su trabajo sobre "La percepción de riesgos y uso de elementos de protección personal en trabajadores rurales", asegura que la mayoría de los accidentes que ocurren en el ámbito rural pueden prevenirse si los trabajadores utilizaran elementos de seguridad.

Sin embargo, el principal problema es que muchas veces son los mismos empleados los que se olvidan de usar guantes o máscaras a la hora de estar en contacto con los animales, por lo que terminan contagiándose, sin mayor dificultad, enfermedades como la Brucelosis. "A través de las encuestas que venimos realizando, observamos lo poco que conocen los tamberos sobre las formas de transmisión de la Brucelosis, los accidentes que se producen con la vacuna y los cuidados que hay que tener para evitarlos. La mayoría dice que no es riesgosa por lo que no usan elementos de protección personal"., afirmó Tarabla.

Esto mismo se evidencia en la encuesta que realizaron en 2012 sobre 109 trabajadores rurales de la zona de Egusquiza, Santa Fe. Paradójicamente, aunque la mayoría de los empleados eligieron la manipulación de agroquímicos como una de las tareas de mayor riesgo, el 82,7% no utiliza ropa impermeable para manipularlos. En el caso del uso de los guantes, se utilizan en el 53,6% de los casos para realizar abortos.

FALTA DE CAPACITACIÓN

Otro dato que arroja Tarabla es que el 86,2% de los trabajadores censados nunca recibió capacitación acerca de los riesgos del trabajo rural. .La mitad de los trabajadores ni leen el manual antes de usar una maquinaria., resaltó, al tiempo que explicó que a veces los elementos de protección se suelen usar una, dos y hasta tres veces, y después ni se tienen en cuenta.

"A veces los accidentes también se dan porque las instalaciones no están en condiciones y los trabajadores dejan las cosas tiradas en cualquier lado", recuerda. También muchas lesiones se originan al realizar el tacto rectal.

Los veterinarios creen que su riesgo es bajo pero suele afectarse frecuentemente y de manera crónica el codo y los hombros. En todos los casos, enfatizó, se percibe la poca importancia que se le da al tema y la necesidad de capacitar a los trabajadores rurales.Qué hacen los que hacenPara Elisabeth Avendaño, productora de Treinta de Agosto, contar con personal capacitado reduce al mínimo los eventos negativos. ".

La única que ha tenido accidentes en nuestro tambo fui yo y fue por desconocimiento", relata.Avendaño recuerda una anécdota de cuando recién empezaba en la actividad y que la involucró personalmente. "Había una vaca que estaba quebrada y decidí ir sola a revisarla porque en el tambo no encontré a nadie. La vaca estaba echada, pero cuando me agaché adelante de ella para ver mejor qué tenía, se levantó como un avión, me topó y me tiró al suelo", detalla. De esa experiencia personal, la criadora de la raza Sueca Roja Blanca (SRB) aprendió que los accidentes pasan cuando la gente no es idónea. "

Si sabes cómo reaccionan las vacas, normalmente no te pasa nada", asegura.Por su parte, los productores Ricardo Gortari, de Henderson, y Santiago Padilla, de Tandil, destacan que es muy importante enseñarle al personal a tratar bien a las vacas para evitar patadas: mientras mayor sea la suavidad menos se estresa la vaca y por ende menos accidentes se producen en su manejo.

Ricardo Gortari destaca que las medidas básicas de seguridad que adoptó en su establecimiento pasan por tener pararrayos por las tormentas, disyuntores por si se corta la corriente, utilizar botas de goma y que todos los motores que estén en el tambo tengan un cobertor por el tema de las correas. Además, el boyero que anda en moto tiene la obligación estricta de usar casco, guantes y demás elementos; no puede haber chicos; hay que tener a mano un botiquín de primeros auxilios siempre; y mensualmente un profesional debe revisar las instalaciones para detectar si hay posibles pérdidas de corriente.

Por su parte, Santiago Padilla cuenta que contrató a un ingeniero en Seguridad e Higiene, quien se encarga de revisar las instalaciones y hace un seguimiento de las medidas de seguridad que se deben aplicar."Puse matafuegos, botiquín de primeros auxilios, cambié la instalación eléctrica de todo el campo, se cambió la puesta a tierra, se pusieron disyuntores y se hicieron nuevos pozos de agua, entre otras adaptaciones", detalla el productor."La forma de evitar los accidentes es con capacitación, capacitación, capacitación y capacitación"., enfatiza Alejandro Mendez, productor de Catriló, La Pampa.

En su establecimiento

La María Pilar, los accidentes más frecuentes que se observan son los golpes en brazos, manos o dedos por patadas de vacas durante el ordeñe o tratamientos podales. En cualquier caso, le sucede mayormente al personal más nuevo y más joven que no está acostumbrado o alerta. ."Hoy en los tambos se está trabajando mucho en cartelería para alertar sobre los peligros potenciales, así como en capacitaciones y protocolos de trabajo para evitar accidentes", cuenta.

Asimismo señala que se hace hincapié en la ropa de seguridad y se verifica, por ejemplo, que las botas de goma estén en buen estado para evitar las resbaladas, así como el uso de los delantales. ".El empleado que opera maquinaria agrícola debe usar calzado de seguridad con puntera de acero, protectores auditivos, anteojos, guantes y todo lo que indica la ART"., insiste.

Finalmente, Manuel Pereyra, también de Henderson, destaca que en su tambo se trabaja con protocolos. "Pedimos que la maquinaria se maneje despacio, tratamos de que las instalaciones se encuentren en las mejores condiciones, por ejemplo con iluminación. Los empleados deben usar botas, guantes e indumentaria indicada. Todo esto predispone a que las cosas se hagan de la manera indicada, minimizando los riesgos de un accidente... aunque es una realidad el hecho de que hay mucho por mejorar, y es para nosotros una tarea pendiente", asegura.

Por Andrea Palombo