Asediado por la inflación, el asado del domingo se hizo una tradición cada vez más costosa de sostener. Por un lado, porque varios cortes parrilleros típicos tuvieron aumentos del 70% en sólo cuatro meses, y no se prevé que bajen. Por otro lado, porque ahora también se dispararon los precios de la ensalada. Como resultado, sólo dos kilos de carne, la lechuga y el tomate ya pueden costarle a una familia más de $ 200.
Y en esto no hay “precios cuidados” que ayuden.
El Gobierno lleva más de un mes intentando sin éxito revertir las subas del 15 a 20% que tuvo la carne hacia fines de enero. Cambios que, además, se aplicaron a valores que ya habían sufrido otro salto a fin de año, tras las elecciones. Hubo reuniones, advertencias oficiales y acuerdos con exportadores, pero en las góndolas nada cambió.
Hasta noviembre, por ejemplo, el kilo de asado de novillo estaba a $ 40 en las grandes cadenas. Esta semana salía hasta 72% más caro: $ 56 en Coto, $ 66 en Vea, en Jumbo y Walmart $ 68, y en Disco $ 69, según un relevamiento de Clarín.El vacío, que hasta las elecciones rondó los $ 46 el kilo, ahora se vende a $ 68 en Coto y Carrefour, y de $ 80 a $ 81 en Jumbo, Disco y Walmart: las subas llegan al 70%.
Además, el matambre ya se acerca a $ 90, el peceto ahora va de $ 80 a $ 100 y el lomo cruzó en Jumbo y Disco la barrera de $ 110, siempre en carne de novillo, porque la de ternera es más cara.
“Los precios se mantienen altos porque la oferta de hacienda sigue restringida. El mes pasado hubo mucha lluvia y ahora, con campos bien empastados, los productores retienen el ganado para poder venderlo más pesado. Recién en abril podrían bajar los precios, pero no hasta el nivel de antes porque muchos costos subieron, como el de los combustibles”, explicó Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de Argentina (CICCRA)
En los grandes súper, sólo los siete cortes incluidos en “Precios Cuidados” quedaron a valores de principio de año, pero ya es difícil encontrarlos. Las que siempre están son las versiones no acordadas, que sí aumentaron a la par del resto. La tapa de asado, por caso, se fijó en $ 42 el kilo, pero muchas veces sólo está otra a $ 61 o $ 70.
Algo similar ocurrió en las últimas semanas con los ingredientes más típicos de ensaladas como la mixta, la completa y la rusa.
La lechuga “cuidada” de $ 11 el kilo dejó de conseguirse. y todas las demás saltaron a un nivel de $ 30 a $ 60. Esta semana, los súper ofrecían la capuchina de $ 33 a $ 45 el kilo, la mantecosa a entre $ 35 y $ 50 (o por planta a $ 11,99) y la francesa de $ 39 a $ 45 (o $ 17 cada planta).
El tomate, en tanto, duplicó su precio en dos meses. A comienzos de enero, el redondo no superaba los $ 16 el kilo, pero ahora llega en Disco y Jumbo a $ 30, y a $ 33 el perita. Para este producto existe una versión “cuidada” de $ 11,50 el kilo, pero tiene problemas: la gente no la encuentra o, si está en venta, suele evitarla por su mal aspecto: frutos muy pequeños, verdes en extremo y hasta golpeados. La zanahoria, finalmente, se acordó a $ 6,45 el kilo, pero a veces en góndola sólo están otras de hasta $ 13.
“Los calores extremos de diciembre dañaron mucho los cultivos, y en especial a las plantas jóvenes, que son las que ahora deberían cosecharse. Por eso hay poca oferta y casi todo aumentó al doble de lo que valía a fin de año”, explicó el experto en frutas y hortalizas Mariano Winograd, dueño de la verdulería Cinco al Día.
Contó que también la papa aumentó y que la acelga está en valores “inauditos”: sólo un atado se consigue a $ 12 en verdulerías (y hasta a $ 20 en los súper), cuando normalmente se ofertaban tres por $ 10. “La lechuga ya empezó a bajar, pero no hay perspectivas de que pase lo mismo con el tomate, la acelga y la zanahoria en las próximas semanas”, agregó.
Empresarios del sector sostienen que las subas son “estacionales”, pero creen también que muchos precios, aunque bajen, ya no volverán al nivel de antes. El del tomate, por ejemplo. En este caso, porque su producción demanda insumos con precio “dolarizado” que fueron afectados por la devaluación, y porque las subas en los combustibles encarecieron su traslado.