Los últimos años estamos enfrentando períodos más largos de temperaturas extremadamente altas. Existen sobradas evidencias a nivel mundial de que el estrés por calor afecta el desempeño productivo y reproductivo del ganado. En condiciones de encierre y en pastoreo. Cuanto mayor es el nivel de producción, más sensible es el animal al estrés térmico y por lo tanto, más marcada será la disminución de su rendimiento.
Toda vez que el animal esté fuera de este rango óptimo debe poner en funcionamiento mecanismos fisiológicos de control térmico. Estos mecanismos se reflejan en gastos extra de energía que se reflejarán en mermas de producción. Al mismo tiempo el stress térmico hace que disminuya el consumo.
La principal causa de la merma productiva durante el verano sería una marcada disminución del consumo voluntario de materia seca junto con un significativo aumento de los requerimientos energéticos de mantenimiento, debido a los mecanismos de termorregulación (NRC 1981, 2001).
La disminución del consumo voluntario se debe a que el alimento representa una fuente adicional de calor. Los forrajes, en especial los de baja calidad, a diferencia de los concentrados, contribuyen a generar un mayor calor metabólico (NRC 1981)
Algunas pasturas y forrajes conservados de baja calidad, poseen una menor densidad energética y son fuentes de fibra de lenta tasa de pasaje y digestión.
La digestión de la fibra es la que más calor genera.
La utilización de forrajes de alta calidad y la utilización de concentrados para aumentar la concentración energética y/o suplir los bajos valores de proteína y balancear las raciones, mejora el desempeño animal. Este tipo de dietas más concentradas en nutrientes podemos llamarlas “frías”, haciendo referencia a la disminución del incremento calórico originado durante la digestión y el metabolismo.
En conclusión, se debe bajar la fibra al mínimo compatible con un buen funcionamiento del rumen y que esta sea de la mejor digestibilidad posible.
El uso de ionóforos y grasas también han demostrado mejorar la eficiencia (Hay que tener la precaución de no pasar el 5 a 6 % de grasa en la dieta porque deprime la fermentación de la celulosa en el rumen).
Si se está usando una alimentación dirigida es importante ubicar los comederos en la sombra para lograr que los animales coman más. También Es importante el manejo de los comederos, si se dan alimentos húmedos como silajes, hay que manejar los tiempos para evitar que a causa de las altas temperaturas se produzcan fermentaciones en el comedero.
Normalmente en verano se da más alimento en las últimas horas de la tarde porque los animales comen más de noche, cuando está más fresco.
Hacer pastorear a los animales en los momentos más frescos del día (tardecita y noche), ya que en las horas de más calor dejan de pastorear y buscan el agua y las sombras.
En caso de utilizar silos de autoconsumo para suplementar con balanceado o grano, hay que tener en cuenta en los días de mucho calor, que puede ser que los animales no salgan a pastorear como lo hacen siempre por lo que hay que observar que no exista un exceso de consumo sin un acostumbramiento adecuado.
Por último pero no por menos importante es recordar que en el verano el nutriente más importante es el agua. Permitir libre acceso al agua fresca en todo momento. Uno de los principales métodos de eliminación de calor es la evaporación de agua que se produce en el jadeo. Esto hace que aumenten en forma considerable los requerimientos de agua.
Además es muy importante que además de la calidad adecuada, el agua debe estar fresca. Cuando la temperatura del agua es mayor a los 30C los animales no la consumen aunque la tengan a disposición (tener en cuenta una buena renovación del agua, en particular con los destetes). Un animal adulto consume del 8 al 10% de su peso en agua, expresándolo de otra forma de 3 a 5lt/kg de materia seca. También varía el consumo con el estado fisiológico (máximo en plena lactación). Ahora un punto importante a destacar en el verano es como varía el consumo con la temperatura: un novillo de 400kg con una temperatura ambiente de 20C consume 40lts/día pero con temperaturas de 38-40C duplica el consumo y puede llegar consumir 80 lts/día. Debemos organizarnos para poder cubrir esta posible demanda.
En conclusión: tenemos algunas herramientas desde el punto de vista del manejo de las dietas que pueden ayudarnos a ganar eficiencia y cuidar mejor de nuestra hacienda en períodos de calor tan extremo como el que estamos sobrepasando.
Por Ing Cecilia Inchausti - Especialista en Nutrición Animal- Balanceados Crecer- Tornquist, sudoeste bonaerense