Fertilización con nitrógeno, azufre y zinc en maíz

* Ing. Agr. M.Sc. Luis Ventimiglia * Lic. Econ. Agr. Lisandro Torrens baudrix

En años aún no tan favorables para el cultivo de maíz la fertilización permite incrementar los rendimientos. La aplicación de cantidades extras de nitrógeno, como así también la complementación con azufre y zinc, potencian sustancialmente el rendimiento.

La fertilización en los cultivos agrícolas extensivos, es en la pampa húmeda, una práctica ampliamente adoptada por los productores agropecuarios. Si bien no se alcanza al 100 % de los lotes, el porcentaje de estos fertilizados en el cultivo de maíz es superior al 85 %. Ahora bien, un aspecto es la práctica de incorporar nutrientes y otro es la correcta fertilización. Entre ambos hay una sola palabra: „correcta‰. Cuando se analiza como es la fertilización en este cultivo, encontramos grandes falencias, desde el desconocimiento de la fertilidad actual y potencial del lote donde se implantará el cultivo hasta las aplicaciones de fertilizantes fuera de época y en muchas ocasiones con pérdidas importantes de los nutrientes aplicados.

Dentro de los nutrientes utilizados, el fósforo y el nitrógeno son los más utilizados, desconociéndose en muchos casos, que la aplicación de otros nutrientes, cuando son necesarios, permiten lograr saltos productivos interesantes.

Durante la campaña 2012/13, la Agencia INTA 9 de Julio realizó una experiencia en la cual se trató de cuantificar los efectos aditivos del nitrógeno, azufre y zinc, en el cultivo de maíz.

El ensayo se realizó en el establecimiento „San Luis‰, propiedad de la Flia. Del Fabro, próximo a la intersección de las rutas 5 y 65. El lote donde se condujo la experiencia, se practica la siembra directa en agricultura continua desde hace varios años.

Previo a la siembra, se realizó un análisis de suelo el cual arrojó los resultados que se presentan en el cuadro 1.

Cuadro 1: Análisis de suelo

El lote fue barbechado en invierno y posterior a la siembra (20-09-12), se realizó la aplicación de los siguientes herbicidas e insecticida: 1,3 kg/ha de Atrazina 90 % + 1.000 cc/ha de Dual Gold + 1,3 l/ha de Sulfosato + 20 cc/ha Karate Zeón + 140 l/ha de agua.

Para la siembra se utilizó una máquina Yomel-Hilcor a 0,7 m entre hileras, empleándose el híbrido Pioneer 2053, con una densidad de 75.000 semilla/ha.

Todos los tratamientos fueron fertilizados con: 100 kg/ha MAP en línea + 80 kg/ha de urea incorporados a la siembra. La urea se incorporó en el entre surco mientras que el MAP se incorporó en la línea de siembra. Los tratamientos ensayados fueron los siguientes.

Tratamientos

1. Testigo 2. UAN 160 kg/ha de N- X 3. UAN 160 kg/ha de N- X + Tiosulfato de amonio 15 kg/ha de S 4. UAN 160 kg/ha de N- X + Tiosulfato de amonio 15 kg/ha de S + Sulfato de Zinc 1,5 kg/ha

UAN: 32 % de N, Densidad 1,32 g/l

Tiosulfato de amonio: 12 % N + 26 % S Densidad 1,33 g/l

Sulfato de Zn: 8 % de Zn Densidad 1,24 g/l.

Como se aprecia de los tratamientos ensayados, el testigo adicionó fósforo y nitrógeno en baja dosis (80 kg/ha de urea), el tratamiento 2, incrementa la cantidad de nitrógeno, al igual que los tratamientos 3 y 4. La diferencia radica en que el 3 y 4 aportan también azufre y el 4 además zinc.

El experimento contó con un diseño en bloques al azar con cuatro repeticiones, siendo cada unidad experimental de 5 surcos por 7 metros de largo cada uno.

La disponibilidad de Nitrógeno en el suelo fue de 107 kg/ha (57 kg disponibles en el suelo hasta 60 cm + 10 kg incorporados con el MAP en la línea + 40 kg incorporados con la urea aplicada en el entresurco).

Todos los ferti lizantes líquidos se aplicaron en el entresurco, en forma chorreada cuando el maíz se encontraba en V4.

La cosecha se real izó en forma manual, recolectándose dos surcos de cada tratamiento, el material cosechado fue posteriormente tri l lado, pesado y tomada su humedad, expresándose los resultados en kg/ha. Se determinaron también los componentes de rendimiento y a los datos obtenidos se los sometió a un análisis de variancia, cuando fue oportuno las medias fueron comparadas por el test de la diferencia minima significativa al 5 % de probabilidad.


Vista parcial del ensayo, en primer plano el testigo

Comentarios Generales

Las condiciones ambientales fueron muy cambiantes a lo largo del ciclo del cultivo. Se partió con un nivel inicial de buena disponibilidad hídrica hasta dos metros de profundidad. En los meses que siguieron a la implantación del cultivo, las lluvias superaron a la evapotranspiración potencial, originando un balance de agua positivo, al punto tal que se piensa, que parte de la misma no se pudo aprovechar. Obsérvese en el gráfico 1, que octubre y noviembre el balance muestras datos superiores a 300 mm de agua. Esta es una cantidad que difícilmente los suelos de la zona puedan acumular en dos metros de profundidad. Normalmente la capacidad de almacenaje es algo menor 270 – 280 mm, en consecuencia, el exceso de agua es posible que haya escurrido hacia zonas más bajas, no pudiendo ser aprovechada por el cultivo.

Ya a partir de fines de noviembre el agua precipitada es menor que la evapotranspiración, con lo cual el balance comienza a disminuir. Enero y febrero, fueron dos meses en los cuales primaron las altas temperaturas y escasearon las lluvias, de esta manera se llega al final del mes de febrero con un balance que aún es positivo, aunque este dato podría no ser real. Si consideramos que la capacidad máxima de almacenaje es de 280 mm y asumiendo que se haya almacenado esa cantidad de agua, el balance sería negativo a fines de febrero en 42 mm.

Gráfico 1: Balance hídrico durante el ciclo del maíz

Debemos destacar que por la ubicación del ensayo, el cultivo no puede disponer de agua de napa.

Estas condiciones son las que aceleraron la maduración del maíz, el efecto de la desecación del perfi l del suelo, sumado a las altas temperaturas hicieron que el cultivo acelere su maduración, provocando la muerte de tejido fotosintético de la parte inferior de la planta hacia arriba. No se debe descartar también el efecto opuesto en las primeras etapas del desarrollo del cultivo. Las altas precipitaciones pudieron provocar el lavado de muchos nutrientes móviles, los cuales difíci lmente pudieron ser aprovechados en estado más evolucionados del cultivo.

Los efectos antes mencionados se vieron reflejados en el rendimiento final, el cual si bien no es para nada despreciable, es factible de ser mejorado.

El ensayo presentó a cosecha un número de plantas similares para todos los tratamientos. El análisis estadístico para rendimiento fue significativo al 11 % de probabilidad, con un coeficiente de variación aceptable (8,4 %).

Los mejores tratamientos fueron el completo (T4) y el (T3), este último, igual al anterior pero sin zinc. El T2, que aportó algo más de nitrógeno que el testigo no l legó a diferenciarse de este. Se recuerda que el testigo dispuso de igual cantidad de fósforo y una provisión de 80 kg/ha de urea, más lo que también todos los tratamientos tenían antes de ser sembrados en el suelo hasta 60 cm de profundidad, (57 kg/ha de nitrógeno).

El principal componente afectado, fue el peso de 1.000 granos, si bien, otros componentes de rendimiento, aunque estadísticamente no presentaron diferencias, pudieron colaborar para aportar en el rendimiento final del cultivo.

En valores absolutos las diferencias logradas se presentan en el cuadro 2

Cuadro 2: Rendimiento (kg/ha) de cada tratamiento y diferencia en (kg/ha) y (%), respecto al tratamiento 1

Letras diferentes indican diferencias estadísticas significativas por el test DMS p < 0,05

Observando los valores del cuadro 1 se aprecian incremento de rendimiento a la adición extra de nitrógeno, en tanto que la respuesta a azufre fue más modesta (406 kg/ha = 3,5 %). En el caso del zinc, el incremento fue pequeño, 193 kg/ha = 1,6 %.

La experiencia muestra una vez más la importancia que tiene la fertil ización del maíz. A pesar de que las condiciones ambientales no fueron las mejores, los incrementos de rendimiento alcanzados justifican ampliamente su utilización, de esta manera no solo se pueden obtener rendimientos productivos y económicos más elevados y estables, si no que además no se esquilma nutricionalmente el suelo.


Espigas pertenecientes a los tratamientos ensayados

Agradecimientos:

Los autores agradecen a la Flia. Del Fabro, propietaria del establecimiento „San Luis‰, como así también al Ing. Agr. Juan Fages, asesor técnico de dicha empresa, por la colaboración recibida en la realización de la presente experiencia.

Fuente: INTA