La estrategia del Gobierno para moderar la sangría de dólares provocada por la importación de energía (de enero a septiembre se gastaron US$ 9.300 millones, según datos oficiales) es de dos pinzas. Por un lado, en Economía estudian por estos días la creación de nuevos instrumentos financieros para favorecer el ingreso de dólares.
Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América, anunció esta semana en la exposición Oil & Gas una inversión de US$ 500 millones en YPF que podría concretarse bajo el paraguas del Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade); un camino similar al elegido por Bridas, de los hermanos Bulgheroni.
La importación de naftas y gasoil para el mercado automotor demandó en los primeros dos cuatrimestre de 2012 US$ 1.468 millones, según números de la Secretaría de Energía. Mientras que las compras de diésel para las usinas eléctricas –a cargo de Cammesa– demandaron otros US$ 2 mil millones.
En la actualidad, existen destilerías que por la falta de crudo de tipo Medanito (en baja desde 1998) tienen margen para procesar más crudo. “El Gobierno está decidiendo la importación de crudo por cupos de manera semestral”, precisó a PERFIL un directivo de una petrolera. La medida se explica desde el sentido común: es más conveniente traer petróleo crudo antes que comprar un derivado ya procesado.
Sin embargo, algunos estamentos del Gobierno no están convencidos de cargar con el costo político de la iniciativa. La Argentina no importa petróleo desde 1992, en la antesala de la privatización de YPF. Retomar esa senda un año después de la reestatización pondría en jaque la retórica electoral cerca de los comicios.
Cabe destacar algunos datos sobre las compras de combustible por parte de Argentina durante el comienzo del año. Gastó el equivalente de 35% de las exportaciones de soja en los primeros cuatro meses de este año, el cual es el porcentaje más alto de que se tenga registro y más del doble que en 2012, según indicaron datos oficiales a mitad de año.
Haciendo una reseña histórica, hace poco más de 50 años, la Argentina logró el autoabastecimiento energético. Alcanzó ese objetivo gracias a las políticas de estado diseñadas por Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio, que se dieron en un contexto donde el país tenía en una pujante actividad industrial en casi todos los rubros, lo que le daba valor agregado a la economía y generaba puestos de trabajo genuinos, según informó el Diariohoy.