Puede variar de nombre y de origen, pero su esencia es siempre la misma. Es conocido en Argentina, Bolivia, Centroamérica, Costa Rica, Cuba, España, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay como Dulce de Leche.
En Colombia y Venezuela se lo debe pedir como Arequipe; en México como cajea y en Chile y Ecuador como Manjar.En su historia varios países se atribuyen su invención, pero todavía nunca se supo de donde viene.
Chile es uno de sus posibles progenitores. En 2008, durante el Primer Seminario de Patrimonio Agroindustrial de Mendoza, el arquitecto argentino Patricio Boyle dio cuenta de que en 1620 el Colegio de Mendoza reportó en su libro de gastos la importación de varios frascos de dulce de leche chileno. El país nunca ha reclamado paternidad sobre el producto.
También podría ser oriundo de Brasil, donde hay un relato escrito sobre la producción de dulce de leche, datado en el estado brasileño de Minas Gerais en 1773.En nuestro país, el Museo Histórico Nacional expone un relato escrito que fecha la creación del dulce de leche en 1829, cuando Juan Manuel de Rosas y su enemigo político Juan Lavalle estaban por firmar un pacto de paz en la estancia del primero en el partido de La Matanza, en las afueras de Buenos Aires. Fue en realidad un accidente.
La criada de Rosas hervía leche con azúcar que en esa época que se conocía como "lechada" para acompañar el mate que iba a servir a Lavalle y Rosas durante el encuentro.
Tras distraerse por un buen tiempo, la criada descubrió que su lechada se había convertido en una sustancia espesa y amarronada. Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto. Sin embargo, especialista en su producción aseguran que este relato por más atractivo que sea resulta inverosímil ya que para que llegar al dulce de leche se debe batir constantemente la leche y el azúcar para obtener la consistencia cremosa.
Por otro lado, la historia registra que Juan Manuel de Rosas tomaba el mate amargo.Para Uruguay el dulce de leche debería considerarse rioplatense y no exclusivamente argentino.
Cuando el abril de 2003 la Secretaría de Cultura de la Nación de Argentina anunció su intención de declarar patrimonio cultural argentino el asado, las empanadas y el dulce de leche, nuestro vecino pidió a la Unesco que declare a los tres productos integrantes del patrimonio gastronómico del Río de la Plata. Hasta el día de hoy el organismo no se ha expedido sobre el tema.