El empresario kirchnerista Ricardo Bruzzese, que posó junto a Cristina Kirchner el día del lanzamiento del fallido programa “Carne para todos”, negociaba la compra de parte del Grupo Penta, uno de los más importantes consorcios que abastecen de carne vacuna la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
Como la mayor parte de los frigoríficos “consumeros”, el grupo de Juan Carlos Delaney está atravesando problemas financieros y soporta reclamos de AFIP y ARBA. Aunque no presenta retrasos en los pagos, debió despedir personal, cerró dos plantas (Nueva Escocia y Ganadera Arenales) y concentró su trabajo en el frigorífico Penta, de Quilmes. Entre las tres fábricas tienen 13% de la compra de ganado en Liniers en lo que va del año.
Bruzzese es muy cercano a Guillermo Moreno. Ocupa la secretaría del Consejo Argentino de Productores (CAP), una suerte de “club de amigos” del secretario de Comercio que funciona en el Mercado Central y es presidido por el ruralista Ider Peretti, acusado ahora de retener donaciones. Bruzzese, que quiere ser intendente de La Matanza, fue quien lanzó a las calles del conurbano dos camiones de “Carne para todos”, que apenas sirvieron para hacer campaña.
Para algunos, el pintoresco empresario -dueño de una carnicería llamada Don Corleone- no es más que la cara de una avanzada K sobre el grupo Penta. Pero otros opinan que Bruzzese bien pudo haber acumulado dinero suficiente con la “Barata” de Moreno: él y otros empresarios afines reciben carne desde los frigoríficos exportadores, que luego vuelcan al mercado a precios muy superiores. En rigor, hace poco se lo vio muy interesado por el frigorífico Yaguané.
Según diversas fuentes, el Grupo Penta ha sufrido una fuerte competencia de otro “consumero” bendecido por Moreno, Jorge “El Negro” Martínez, quien pasó a controlar no menos de media docena de plantas en el conurbano, aunque en mayo sufrió la quiebra de su planta de origen, el frigorífico Panamericana de Pacheco.