Mientras en la mayoría de las regiones productivas del país, los productores esperan que en estas horas se cumplan los pronósticos y las lluvias empiecen a recomponer la complicada situación, en Tres Arroyos el escenario que se atraviesa es totalmente distinto: en general, los cultivos de fina gozan de buena salud y tras las precipitaciones de la última semana se ratifica una salida tranquila del invierno.
"En el área de influencia de la Chacra Experimental Integrada Barrow -Tres Arroyos, Adolfo Gonzales Chaves, San Cayetano y Coronel Dorrego- los cultivos de cebada y de trigo presentan un estado entre bueno y muy bueno", aseguró el ingeniero Agustín Báez con los datos frescos de las recorridas por los lotes que acabaron de finalizar los ingenieros de la experimental.
Báez explicó que "pese a que pasamos un agosto muy complicado, con escasas precipitaciones, en este momento los cultivos casi no tienen demanda. Para la fina lo importante es lo que pase con el clima en octubre y noviembre, es ahí cuando los trigos y las cebadas definen todo".
Las lluvias registradas en la última semana aportaron la humedad en la parte superficial del suelo, que era lo que estaba faltando para que el escenario sea mejor aún.
Aunque, el ingeniero destacó que la situación actual no garantiza ningún resultado a futuro. "Es importante haber tenido una buena implantación y un buen arranque, pero los componentes de rinde comienzan a definirse a partir de mediados de octubre, es de ahí en adelante cuando se necesitan buenas lluvias y temperaturas adecuadas", agregó.
El licenciado Germán Heinzenknetch, de la Consultora de Climatología Aplicada, realizó un informe en el que describió que la zona triguera fue la más beneficiada por las lluvias de los últimos días. "Fuertes precipitaciones cargaron los perfiles del área productora de trigo en Buenos Aires. Las lluvias que anticipaban los modelos quedaron concentradas en esa zona bonaerense, mientras que en el resto de la región pampeana el agua brilló por su ausencia", indicó el climatólogo.