Siempre sucede que en invierno hay poco pasto y sobra en primavera. Esto lleva al sobrepastoreo invernal, o a recurrir al uso de verdeos invernales y/o de suplementos.
Posteriormente, desde noviembre en adelante las pasturas y verdeos manifiestan un crecimiento explosivo, que excede la demanda de forraje de los establecimientos ganaderos, y se acumula forraje pasado de baja calidad.
La diferencia de las estaciones
“Las especies forrajeras crecen muy poco, por debajo de 10 Kg. MS/ha/día, cuando la temperatura del aire está entre 5 y 10°C. En el sudeste bonaerense estas temperaturas se registran desde junio a inicios de agosto.
Posteriormente, cuando las temperaturas se incrementan por encima de 10°C, como ocurre entre mediados de agosto a septiembre, las plantas “activan” su crecimiento y podrían crecer a tasas de 20 a 30 Kg. MS/ha/día. Sin embargo, esta temperatura no es aún suficiente para “liberar” el nitrógeno (N) del suelo y por lo tanto las pasturas crecen por debajo de las tasas mencionadas” explican los técnicos del grupo de Pasturas del INTA Balcarce.
Entonces, un manejo adecuado para incrementar la oferta de forraje a la salida del invierno y controlar el pasaje a estado reproductivo de la pastura a fin de primavera, consiste en la aplicación de N y un pastoreo severo entre fin de julio a principios de agosto. “Este pastoreo lo denominamos “control temprano de la floración” (CTF). Con ello se controla lo que ocurrirá el resto del año, tanto en términos de crecimiento de forraje, calidad, control de la floración y respuesta animal”.
El CTF evita que en primavera las pasturas progresen a estructuras degradadas dominadas por matas altas de bajo valor forrajero. De esta forma las pasturas, inclusive las de suelos ganaderos como festuca, agropiro o grama rhodes, pueden mantenerse productivas, con estructura cespitosa y de alto valor nutritivo.
La aplicación del CTF requiere que las pasturas arranquen rápidamente a fin de invierno, para lo cual es necesaria la aplicación estratégica de N a la salida del invierno, siempre que no se presenten deficiencias hídricas ni de otros nutrientes como fósforo. “El N acelera el crecimiento del forraje cuando las temperaturas se aproximan a los 10°C, es decir a partir de agosto. Se recomienda aplicar el N en forma escalonada, por ejemplo un 20-30% de la superficie, la que se va a usar primero, puede fertilizarse con 100 Kg. N/ha. Otro 30-40%, con 75 kg/ha, y el resto (40-50%) con una dosis menor, o quizá no requiera N porque al aumentar la temperatura el N se libera del suelo”.
El descanso de la pastura
El criterio para definir la rotación está basado en volver a pastorear dentro de la vida media de la hoja. Es decir antes que la primera hoja del rebrote comience a secarse. En plena primavera cuando el crecimiento es activo hay que adelantar el pastoreo para evitar que se cierre la “cubierta de la pastura”.
Esto es, evitar el sombreo de la base de la pastura para estimular el macollaje. “La cantidad de forraje acumulado para realizar esta práctica no deberá superar las 2.500 3.000 Kg. MS/ha. Se debe tener en cuenta que, si el crecimiento se ve afectado por sequías u otros factores limitantes, el ritmo de rotación deberá ser más lento o interrumpirse. Los potreros “pasados” que no pueden pastorearse, porque los animales vuelven a las áreas ya pastoreadas, se cosechan para la confección de rollos”.
Con el criterio de pastoreo ya mencionado aumenta la densidad de macollos, se producen hojas cortas de alta calidad y las hojas tienden a formar una estructura rastrera que asegura hojas pegadas al suelo que escapan al diente. Por lo tanto se puede dejar un remanente pos pastoreo de 1.000 1.200 Kg. MS/ha, que tiene alta proporción de hojas verdes, que permiten un rápido arranque de la pastura. Este manejo favorecerá que la pastura tenga un rebrote de buena calidad en la misma primavera y que reinicie el crecimiento tempranamente el próximo otoño.
En un módulo demostrativo del INTA Balcarce se está llegando a superar los 1.000 Kg./ha de carne producida, combinando pastoreo con encierre a corral, en base a dietas de silajes de maíz y expeller de girasol. El corral se usa para regular la carga animal y realizar un correcto manejo de la pastura en base a los criterios mencionados