Las noticias del norte son más que buenas. Para los precios (y nosotros, obviamente).

El último tramo de Agosto ha sido, sobre todo en los últimos días, un período de severo estrés para la soja y el maíz en América del Norte. El Medio Oeste clama por agua.

La estimación sobre el rinde potencial debe ser reducida, sobre todo en los distritos más afectados por la sequía, como Iowa y Missouri.

La ola de calor de los últimos días ha puesto en evidencia el bajo nivel de humedad de los suelos que, hasta hace poco, no se notaba merced al tiempo fresco reinante durante la polinización. Porque Julio fue bueno.

La cruda realidad es que las raíces de menor profundidad está sufriendo ( y mucho) puesto que la capa superficial de los suelos es, obviamente, las más afectada por la escasez de lluvias.

Y no se trata de sólo las plantas más tardías. También de aquellas siembras tempranas que ahora, también, están golpeadas por la necesidad de agua, ya que en la última semana la ausencia de lluvias ha agudizado el problema.

La acentuada temperatura, en la etapa crítica de desarrollo para la soja, abre una expectativa de reducción considerable en el volumen de cosecha. El propio USDA ha disminuido el porcentaje de oleaginosa que se halla en condiciones buenas y excelentes.

Las organizaciones privadas y aún los organismos oficiales han comenzado a tomar nota de ello. Por ejemplo, Lanworth ahora proyecta para una producción de 85,46 millones de toneladas con un rinde de 27 QQ por hectárea. Recordemos que el USDA había calculado 88,60 millones de toneladas. Se puede ya vislumbrar una cosecha inferior a la de Brasil.

También Commodity Weather Group ha disminuido su proyección de rindes promedio a 28,04 QQ por hectárea. Se trata de un 6% menos que lo establecido en su estimación anterior.

Así las cosas, no sería descabellado estimar que el volumen final se ubique por debajo de 85 millones de toneladas.

Y… ¿qué hay del maíz? Este cereal, pese a ser un cultivo implantado más temprano, resulta también perjudicado. A lo largo de Agosto, el clima crecientemente caluroso ha impactado en el llenado de los granos; y así ha quedado condicionado por éste.

Ahora se calcula que el rinde no superaría el nivel de 95 QQ por hectárea. Veremos qué nos dice el USDA en su informe del 12 de septiembre.

Lo grave de este cuadro es que los pronósticos hablan de lluvias recién para dentro de una semana.

Frente a las complicaciones que han aparecido por el lado de la oferta del norte, acá en el sur las cosas no están del todo bien, tampoco. Al menos para el maíz.

El panorama de siembra del cereal en la Argentina se presenta extremadamente grave por la falta de humedad, con un Agosto excepcionalmente seco. Y una Santa Rosa que no ha querido detenerse en el país.

En Brasil, la cuestión no es muy halagadora. La intención de siembra de maíz de segunda ha bajado. El cereal está castigado por la sequía que afecta las zonas productivas del centro-norte.

La situación en el hemisferio puede presentarse compleja para el maíz. Pero para la soja, el cuadro es muy diferente. Se espera una gran cosecha de la oleaginosa.

En tanto la demanda global no muestra signos claros de decaimiento. Y los fondos se aprestan para desempeñar un papel más agresivo, aspecto éste que podría potenciar cualquier suba de valores.

Aunque resulte paradójico, el calor del norte trae un aire fresco a los mercados.

En los que hace al movimiento mundial, los mercados se mantuvieron calmos por ser hoy, 2 de Septiembre, el día del Trabajo en EE.UU.