A principios de agosto, Nidera culminó la entrega de premios para la edición 2013 de su concurso para alumnos de escuelas agrotécnicas “¿Qué hay de nuevo en mi suelo?”, centrado en un ensayo de fertilización en trigo. La empresa ahora apunta todos sus cañones al desarrollo de la sexta edición –volcada al cultivo de soja–, para el que se inscribieron más de 60 establecimientos de todo el país. Contando a los ganadores de la edición 2013, ya son 24 los equipos premiados (más 2 recompensados por su participación en las redes sociales del certamen), y son cada vez más los estudiantes que quieren sumarse a esta experiencia focalizada en el cuidado del suelo y la sustentabilidad.
De la competencia participan alumnos de escuelas agrotécnicas de todo el territorio nacional, agrupadas por regiones agroecológicas. Cada equipo de estudiantes (10 como máximo), comandado por un Director Técnico –docente del establecimiento– debe planificar, investigar, hacer análisis de suelo, realizar ensayos de fertilización, y comparar los resultados obtenidos con los distintos tratamientos. Por último, debe entregar un informe al jurado evaluador. La semilla, los fertilizantes, y la información técnica son provistos por Nidera.
“El concurso le aportó muchas cosas a la escuela, desde la calidad humana y los recursos, hasta los conocimientos que se llevaron los chicos en cuanto al uso racional de semillas y fertilizantes”, afirma Silvana Nomdedeu, Directora Técnica del equipo ganador de la localidad bonaerense de Coronel Dorrego. “Esos chicos ya son multiplicadores de conciencia respecto de la necesidad de cuidar el medio ambiente, y aprendieron con la práctica los beneficios de las tecnologías actuales que permiten determinar las necesidades del suelo”, resalta.
Por su parte, Oscar Surt, Director Técnico del equipo de General Alvear, Corrientes, destacó que “fue una gran experiencia para la escuela” el llevar a cabo un ensayo sobre trigo, un cultivo que “no se hace en la zona desde 1930”.
“Esta región es netamente forestal, arrocera y ganadera. Recién ahora se está introduciendo la siembra directa y comienza a haber conciencia sobre la necesidad de cuidar los suelos”, destaca Surt, y agrega: “La competencia fue totalmente innovadora para nosotros, porque como aquí tenemos rotaciones trimestrales, algunos alumnos ven la siembra de un cultivo, otros la cosecha, pero nunca tuvimos un grupo que haya podido hacer una evaluación continua del proceso”. Los comentarios sobre el concurso, según Surt, se abrieron camino profusamente en la escuela, de boca en boca, y hoy tienen 32 candidatos a integrar el nuevo equipo que trabajará con la soja.
Carlos Pochettino, Director Técnico del equipo ganador de Sa Pereira, Santa Fe, aporta su perspectiva, señalando que el concurso vino a sumarse a diversos esfuerzos que realiza la escuela agrotécnica de esa localidad en torno al cuidado del suelo: “Hace aproximadamente unos 12 años que venimos trabajando en estos temas. La escuela, enclavada en la cuenca lechera santafesina, es un casco de una estancia que durante muchísimos años se les prestaba a los colonos de la zona; son 580 hectáreas de campos que vienen muy cascoteados en la parte agrícola. Entonces, en determinado momento nos dimos cuenta de que nos habíamos comido la mitad de lo que teníamos, y por eso empezamos a llevar adelante ese trabajo sobre el cuidado del suelo, rotación de cultivos, aplicación estratégica de fertilizantes, evaluación económica, etcétera”.
Para el profesor santafesino, el mayor aporte del concurso fue la experiencia de trabajo cooperativo entre los alumnos: “fue muy buena la colaboración que establecieron entre ellos para la elaboración del proyecto”, destaca. Además, sostiene que “les permitió poner en práctica sus conocimientos, logrando aplicar en la experiencia todo lo que vinieron estudiando en estos años, y vincular lo que ven en la escuela con la experiencia de llevar adelante día a día el ensayo”.
Multiplicar experiencias
Para Surt, el valor de experiencias como la vivida de la mano de Nidera, tiene que ver con la necesidad de formar a los futuros productores y técnicos en el tema de la sustentabilidad. “Yo creo que la educación agropecuaria hoy en día tiene algunas cuentas pendientes, y el cuidado del suelo es un bache grande, al menos en nuestra zona. Se nota una distancia importante entre los contenidos que se brindan y las tecnologías disponibles”, opina.
“Hoy tenemos, por ejemplo, la agricultura de precisión, y en la escuela no se ve nada de eso. A cualquier evento técnico al que uno asiste se habla de sensores, software, etcétera, y de todo eso la escuela casi no se entera”, apunta. Nomdedeu acuerda con esa perspectiva, y sostiene que “a veces son las realidades que se viven en las aulas las que no permiten llegar con los tiempos y dar estos contenidos”.
Por su parte, Pochettino asegura que actualmente “hay una demanda muy grande por parte de todos los sistemas de producción respecto de personas formadas y especializadas en estos temas. Por eso, creo que es importante promover este tipo de concursos y trabajos”.
Para concluir, Nomdedeu remarca la necesidad de promover el aprendizaje sobre los temas relacionados con la sustentabilidad entre los más pequeños: “es importante saber que el suelo no se va a recuperar por sí solo, y por eso a mí me parecen importantes iniciativas como ésta, que permiten aprender haciendo a los alumnos de las tecnicaturas, pero que también van despertando el interés de los más chicos”.