Precampaña difícil, si las hay, la que están atravesando la soja y el maíz para este 2013/14. En este tiempo previo a la siembra, el productor se está enfrentando a una complejidad económica y agronómica excepcional. Es que la baja en los precios de pizarra de las últimas semanas fue significativa y los márgenes de rentabilidad se ajustaron en todos los cultivos, cambiando la competitivad de cada uno.
Por eso, Clarín Rural consultó a siete reconocidos profesionales, quienes reflexionaron sobre qué debería hacer el productor ante la campaña más dura de los últimos años.
Los consultados coincidieron en varios aspectos, como el necesario ajuste en el precio de los alquileres que aun se están renegociando, la importancia de llevar adelante una campaña basada en tecnología de procesos y, finalmente, a nivel comercial, reducir la especulación con los precios.
Martín Díaz Zorita, investigador y también consultor de la empresa DZD Agro, opina que ante la complejidad de este contexto, tomar decisiones emocionales es agregar mayor incertidumbre a la producción. Por eso, sostiene que lo importante es apoyarse en indicadores que ayuden en la toma de decisiones y se independicen del contexto. “Hoy tiene una gran oportunidad el manejo profesional de los cultivos”, dijo.
Según el técnico, estos parámetros deben predecir cuestiones básicas cómo el estado de humedad de los suelos o la condición de los barbechos. Agregó que este año es importante “salir de las decisiones promedio” para actuar con mayor ajuste lote a lote.
Por otra parte, destacó que es clave el análisis de suelo como herramienta de diagnóstico para definir zonas de manejo. Entonces, indicó, a partir de conocer la fertilidad disponible de cada lote se puede definir el nivel tecnológico.
En materia de comercialización, el técnico aconseja una visión conservadora: armar una estrategia “escalonada”, es decir, negociar un volumen de producto a un precio que el productor sepa que cubre todos sus costos, otro con el que se cubre la renta y dejar un sobrante para comercializar según los vaivenes del mercado.
Por su parte, José Luis Zorzín, asesor técnico de Aapresid en el sudeste de Córdoba, una zona muy maicera y sojera, advirtió que la perspectiva para el maíz era muy buena en la región; sin embargo, reconoció que “ahora faltan señales del mercado para cubrir el 25%-30% del área que había originalmente como intención de siembra de maíz”.
Zorzín dijo que, tanto en soja como en maíz, los rendimientos de indiferencia están por encima de los normales, lo cual está generando fuerte preocupación. Aunque reconoció el aumento de los costos, manifestó que “el paquete tecnológico hay que ajustarlo hasta el punto de maximizar el retorno, pero no bajarlo si hay respuestas directas”. Y agregó, haciendo más hincapié en el manejo nutricional, que “este año hay que afinar el lápiz en los niveles de dosis/respuesta a la fertilización, para conocer el verdaderamente óptimo desde lo económico”.
También con base en Córdoba, Agustín Bianchini, asesor privado en la zona de Río Cuarto, sostuvo que uno de los temas críticos es la negociación de alquileres, que es lo que está condicionando las decisiones de manejo en torno a los cultivos. “En este escenario de precios deprimidos y de costos de producción en alza, el maíz es ampliamente perjudicado. Frente a lo que todos desearíamos que haya más maíz y menos soja, las intenciones actuales son las contrarias”, señaló.
Así, destacó la relevancia que tiene la información para tomar decisiones acertadas.
“Es importante apoyarse en el conocimiento de los técnicos en lo que hace a fertilidad, hacer análisis de suelo, completos o midiendo las variables mínimas, ya que no solo permiten estimar las dosis a aplicar, sino también conocer en qué tipo de ambientes se está trabajando”, dijo. Y continuó: “Si al mismo tiempo a estos datos se le agrega alguna variable física del rendimiento del cultivo, ya se puede conocer la potencialidad de un ambiente”.
La zona de Bianchini fue una de las regiones pioneras en la siembra de maíces tardíos y el técnico se refirió a la consolidación de esta alternativa dentro del contexto actual de precios.
“Es un cultivo que tiene menos costos de semilla, ya que no es necesario sembrar un híbrido de punta; también necesita menos dosis de fertilizante y se puede sembrar cuando el abastecimiento de agua está asegurado”, apuntó respecto a la estabilidad de su rendimiento.
En lo que hace al manejo de la soja, destacó también la importancia de hacer una caracterización ambiental antes de sembrar. “Esto da mayor certidumbre a la inversión”, manifestó. Para la comercialización, dijo que “el productor tiene que aprovechar las posibilidades de venta cuando los precios cubrieron sus costos y los márgenes de rentabilidad que esperaba, sin especular con alzas.
Más relacionado a las estrategias en soja, el reconocido genetista Rodolfo Rossi, de Nidera, aconsejó que el productor no puede dejar de aplicar ciertas tecnologías que tienen impacto directo en el rendimiento final. “Hay que balancear los costos e ir ajustando la relación insumo-producto para tomar la mejor decisión”, dijo.
El especialista, que sabe que el productor elige la soja cuando los precios del maíz bajan, como ahora, advirtió: “La sustentabilidad del complejo sojero está cada vez más comprometida, ya que la falta de buenas rotaciones no permite hacer buena siembra directa; por eso el productor no debe descuidar el factor suelo, que le es propio, y hacer buenas rotaciones”.
Finalmente, aportó un dato alentador: “La parte positiva de todo esto es que se estima un aumento de la demanda de soja de entre 6% y 8% por parte de China para el 2014”.
A su turno, el reconocido productor y asesor Gustavo Duarte explicó que los precios de pizarra 2014 no deben sorprender. “Si se analiza la estadística de los últimos ocho años, surge que los precios de futuro actuales se pueden dar en un 50% de los años; lo que ocurre es que a veces somos muy optimistas al presupuestar”, lanzó.
Así, el técnico dijo que en esta campaña hay que pensar más que nunca en la tecnología de procesos y de insumos, como elementos “eficientizadores” de los costos. El que sea más eficiente tendrá la posibilidad de capturar más renta, resumió.
En este sentido, aseguró que la diferencia se hará con “ingeniería de escritorio”, es decir, “aquel productor que defiende muy bien su estructura general de costos podrá captar rentabilidad, ya que ésta será muy chica y habrá que repartirla entre todos los actores”.
Por su parte, Gastón Fernández Palma, ex-presidente de Aapresid y productor del sudeste bonaerense, dijo que la producción de maíz es difícil, pero muy necesaria, ya que es un cultivo formador de suelos y, dentro de un esquema de rotaciones, insustituible.
“En este caso, vamos a hacer una pequeña reducción de superficie, que va a doler porque tenemos una rotación muy establecida, pero no vamos a bajar la tecnología”, dijo.
Por el lado de la soja, indicó que también se mantendrá invariable el paquete tecnológico y se respetará la estrategia de reposición y construcción de fósforo que vienen practicando en este cultivo.
Está claro que arranca una campaña sumamente difícil. Sin embargo, el mensaje que dejan los expertos también es contundente: hay que tener mucha cintura, pero tratando de no abandonar las estrategias de largo plazo.