Finalizó recientemente una extensa campaña de vacunación contra la fiebre aftosa y la brucelosis en todas las localidades de los departamentos La Poma, Cachi y Molinos. La tarea estuvo a cargo de la comisión zonal “Alto Valle Calchaquí”.
Se trata de una entidad que está integrada por representantes del CUM (Comunidades Unidas de Molinos), el Senasa y el INTA.
Si bien este tipo de inoculaciones son obligatorias a nivel nacional, es la comisión zonal la que participa y decide acerca de la organización en general de la campaña en cuanto a costos, fechas y definición de vacunadores.
Resulta importante recordar que la aftosa es una enfermedad que afecta al ganado bovino, ovino y caprino. Sus consecuencias son devastadoras a nivel de la economía doméstica y en particular la del pequeño ganadero.
En forma paralela limita de manera drástica el comercio internacional. Por ese motivo se hace imprescindible adoptar medidas de prevención, control y erradicación de la enfermedad.
En cuanto a las consecuencias sobre el sector, tradicionalmente éstas se han categorizado y definido según el impacto, ya fuese directo, como la disminución de la producción y reproducción, o indirecto, como la imposibilidad de movilización y venta de animales y subproductos durante un período determinado, limpieza y desinfección, etc.
Los animales
El Alto Valle Calchaquí cuenta con unas 12.000 cabezas de ganado bovino, de las cuales más del 85 por ciento pertenece a pequeños productores de la zona, siendo la comercialización una de las mayores limitantes en la producción.
Para sortear este escollo, el año pasado habilitaron el primer matadero asociativo de la provincia, que es gestionado de manera integral por los propios productores.
Es así que son ellos mismos quienes proponen, acuerdan y coordinan las acciones a tomar, con el fuerte acompañamiento de especialistas de instituciones como el Senasa y el INTA.