Paralelamente, la caja de tomate argentino, que ingresó de contrabando, se vendía en el Abasto a G. 150.000 la caja. De acuerdo con el informe estadístico del Abasto, ayer el volumen de ingreso de tomate nacional fue de unas 40 toneladas, pero la demanda es de unas 200 toneladas diarias. Según el escaso volumen de oferta, el precio debería estar entre G. 200.000 y G. 300.000 la caja, pero extrañamente no está ocurriendo eso. La hipótesis de algunos comerciantes en ese sentido es que el ingreso de tomate de contrabando está “equilibrando”, la poca cantidad de tomate nacional que llega desde la zonas de producción, evitando que suba en demasía su cotización. Es “vox pópuli” que para meter 25 toneladas de contrabando de tomate se debe coimear en total con G. 60 millones como mínimo, lo que representa un sobrecosto de G. 40.000 por caja.
Para denunciar eso, llegaron hasta nuestra redacción los comerciantes importadores y exportadores frutihortícolas, Arnulfo Villasboa, Julio César Benítez, Aldo Villarreal y Benicio Ramírez. Los mismos estiman que se están produciendo un contrabando en igual volumen de lo que ellos venían importando, es decir unas 75 toneladas por día. “Con la prohibición de la importación de tomate nos sacan del mercado, quedando nuestra clientela para los informales”, denunciaron. Dijeron que si el MAG no asume una postura racional y coherente respecto a la oferta y demanda equilibrada, analizarán tomar medidas de fuerza.