“Está empezando a entrar contrabando de pollo desde Posadas, Argentina, un problema que solo teníamos desde el Brasil. Hoy la diferencia de precio es tan grande que el ingreso ilegal es un verdadero problema”, expresó ayer la dirigente del sector productivo avícola, Pilar Zubizarreta.
Destacó que es momento de hacer un llamado de auxilio a las autoridades.
“Creemos realmente que el aumentar el valor de la pacotilla a US$ 2.000 es muy perjudicial para el sector productivo, porque el Estado debe apoyar lo propio, lo nacional, no queremos que se gobierne con un falso populismo, ni que se formalice la asociación de contrabandistas del Paraguay, eso no es serio”, señaló.
Enfatizó que el Gobierno y la ciudadanía debemos apostar a lo nacional, porque en el sector avícola nuestra producción es muy buena, tanto en calidad como en cantidad. “Si algo faltase en nuestra producción debemos trabajar puntualmente sobre lo que falte, pero no abrir las puertas a legalizar el contrabando”, indicó.
Explicó que el ingreso de contrabando de pollo desde la Argentina se está produciendo a pesar de que las zonas de producción del vecino país están muy alejadas de nuestras fronteras.
“Con la ventaja cambiaria, en el caso de Argentina, la distancia no importa a los contrabandistas para ir a traer el producto en forma ilegal; sin embargo, en el caso de Brasil, las grandes industrias avícolas tienen sus puestos de venta al otro lado de la línea fronteriza.
Añadió que por esa razón habrá que dar especial atención al control según el caso.
En Brasil, ellos venden a los paseros y no se hacen responsables por los problemas que puedan surgir durante el masivo ingreso de pollo de contrabando.
“La APEP pide a las autoridades nacionales que movilicen al Ejército, la Aduanas, a tratar de superar las dificultades del control en las fronteras secas”, indicó. Añadió que el gremio que preside cree que el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) tiene el deber de controlar los puestos de venta en las ciudades.
“Se han intervenido algunos locales, pero no se termina el contrabando al requisar el producto y castigando con multas a los infractores; habría que llegar hasta las últimas consecuencias legales para combatir con seriedad el flagelo del contrabando, no solo en pollos y huevos, sino en todos los rubros”, concluyó.