ROMA.- Parecidos por su amor al perfil bajo, la austeridad y la humildad, Francisco y el presidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica, no ocultaron antes de ayer su gran sintonía al reunirse por primera vez en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Después de una audiencia privada que duró 45 minutos, una de las más largas que tuvo hasta ahora con mandatarios, el Papa dijo estar "muy contento por haberse reunido con un hombre sabio", reveló el padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano.
Mujica, que es agnóstico, confesó por su parte que hablar con el Papa fue como hablar "con un amigo de barrio"; destacó, por otra parte, que el ex arzobispo de Buenos Aires, de 76 años, "sigue siendo un hombre austero, como lo ha sido toda su vida, y va a traer cambios a la vida de la Iglesia muy importantes".
Marcada por la "buena onda" y los elogios mutuos, la entrevista estuvo signada también por la falta de formalidad: el Pontífice recibió con un caluroso abrazo a Mujica, de 78 años, que apareció sin traje y corbata, sino con un suéter verde, camisa y saco oscuro.
Antes de comenzar su reunión en privado, ambos recordaron a un "amigo en común" ya fallecido, el escritor y teólogo uruguayo Alberto Methol Ferré. Al evocarlo, Mujica dijo: "Nos abrió la mente". En coincidencia: el Papa respondió: "Nos ayudó a pensar".
Fue la primera reunión entre Mujica y el Papa, ya que el mandatario uruguayo no había asistido a la ceremonia de inicio de pontificado, el 19 de marzo último. "No quisimos venir cuando el cambio porque entendíamos que era una fiesta de la cristiandad católica y nosotros no somos creyentes, no somos practicantes. Nos pareció que era mucho mejor que viniera el señor vicepresidente [Danilo Astori], que es católico", explicó Mujica luego, en un encuentro con la prensa en la residencia del embajador de Uruguay ante la Santa Sede.
En éste, contó que le pidió al Papa respaldo para el proceso de negociación en curso en Colombia entre las FARC y el gobierno, "teniendo en cuenta el peso social de la Iglesia Católica" en la región.
Como no podía ser de otra manera, la pobreza -tema esencial para el Papa, que no por nada eligió llamarse Francisco- fue otro importante tópico de conversación.
Al respecto, Mujica dijo que a la lucha contra la pobreza "hay que ponerle calor militante, de compromiso".
Además, hablaron de la situación sociopolítica del país y su papel en la región, del desarrollo integral de la persona, el respeto de los derechos humanos, la justicia y la paz social, informó el Vaticano.
A la hora del intercambio de regalos, el Papa le obsequió al presidente uruguayo una litografía de la fuente de Santa Marta. "Tengo que tener una casa nueva para poder colgarla", bromeó Mujica, agradeciendo. "Su señora encontrará la manera", contestó Bergoglio, aludiendo a la esposa del mandatario uruguayo, Lucía Topolansky, ausente.
El Papa también le regaló una copia del documento con las conclusiones de la Asamblea de Obispos Latinoamericanos de Aparecida (Brasil, en 2007), del cual fue relator, siendo cardenal. Se trata del mismo libro que le regaló a Cristina Kirchner cuando se encontraron en el Vaticano.
Por su parte, Mujica le regaló una composición de figuras vestidas de gauchos y La América del siglo XXI, un libro del ya mencionado Methol Ferré, escrito con el italiano Alver Metalli, que conoce el Papa.
Aunque voló luego a España, Mujica volverá la semana que viene a Italia para reunirse con sus autoridades, como parte de una gira que comenzó el 22 de mayo pasado y que lo llevó también a China.