La situación es contradictoria. Una cosa es el presente y otra muy distinta es el futuro.

¿Qué queremos decir?

Pues bien…la oferta presente depende de la capacidad de suministro de Sudamérica; y el porvenir, de la de América del Norte.

Las fichas de los operadores apuestan a una futura recomposición de stocks, a resultas de una presunta gran cosecha en EE.UU. Así lo ha establecido la proyección del USDA.

Pero mientras tanto, el suministro está determinado por los grandes del sur, sobre todo de la Argentina y de Brasil.

Quiere decir que el “mientras tanto” tiene soportes de fuerza para buenos precios. O, al menos, relativamente, buenos.

Porque EE.UU. no está en condiciones, hasta que se inicie su cosecha, de abastecer a los grandes importadores como es el caso de China, país que tiene una gran avidez por haber demorado demasiado sus compras en los últimos meses.

Favorece al “mientras tanto”, los problemas logísticos de los puertos de Brasil. Los grandes puertos arrastran inconvenientes de larga data; y por ello mismo no parece que la solución sea muy fácil.

A ello se agrega un componente salarial de Argentina.

Ambas cuestiones han estado dificultando la normal salida de la mercadería hacia los mercados externos.

En Argentina las cosas, desde tal punto de vista, ya mejoraron. Hubo unos cuatro días de graves problemas por la cuestión salarial. Pero atrás quedaron estos días donde cerca de un centenar de buques permanecieron sin movimiento por la medida de fuerza de los portuarios, del área de Rosario. Ello explica la suba de valores que permitió un nivel de $1745 el jueves pasado.

Claro está: es de esperar que los conflictos avancen en su recorrido hacia la solución y así las exportaciones brasileñas deberían regularizarse.

En el caso argentino, las demoras no sólo han respondido a cuestiones sindicales, sino también a la reticencia a vender por debajo de $1700 en el disponible. Si la soja alcanza valores de consideración y lograse superar el nivel de $1750.- la oferta aparecerá con creces.

Para fortuna de los granjeros del norte, la siembra está avanzando, ahora sí, a ritmo acelerado. Es cierto que el retraso es considerable, pero el cuadro es mucho mejor de lo que parecía tan sólo una semana atrás. Es más: se aguarda que la siembra se realice completamente. Y no sólo la correspondiente a la soja sino también a la del maíz; aunque este último con retrasos de gravedad, lejos de las fechas ideales que ponen dudas sobre los rindes.

Por ello, los próximos días nos tendrán en vilo. El mercado climático de EE.UU. llevará a que los valores se comporten como el filo del serrucho.

Para el futuro, el panorama resulta nebuloso. Se depende de las condiciones climáticas en América del Norte. Los precios pueden subir, y mucho. Es un escenario posible.

No olvidemos que los números del USDA se basan en rindes elevados. La pregunta es: ¿qué pasará si no se llega a tales niveles? Porque los stocks finales son de una estrechez extrema.

Pues nada indica que la demanda de soja vaya a contraerse de forma visible.