El último miércoles, Cristina Kirchner anunció el lanzamiento de su plan de controles Mirar para Cuidar , cuyo objetivo es evitar nuevas subas de precios. Sin embargo, a la hora de buscar culpables de los aumentos que inevitablemente se vienen, la Presidenta haría bien en poner la mira en la propia Secretaría de Comercio Interior.
Las principales empresas que aceptaron mantener congelados una canasta de 500 artículos de primera necesidad a cambio ya habían recibido en las últimas dos semanas la autorización del secretario Guillermo Moreno para disponer subas que llegan hasta el 9% en el resto de sus líneas de productos.
En total, 86 empresas -en su mayoría líderes en sus rubros- acordaron la semana pasada con Moreno y los principales supermercados mantener congelados los precios de 500 artículos de la canasta básica, en principio, hasta las elecciones parlamentarias de octubre. El 60% de los productos que quedaron excluidos de los aumentos de precios fueron aportados por un grupo de veinte compañías, entre las que sobresalen las grandes multinacionales del sector de consumo masivo y un puñado de grandes empresas de capitales nacionales.
Para estas empresas, la canasta de 500 productos resultó claramente un avance con respecto al congelamiento integral que se había impuesto en los primeros días de febrero, ya que, a cambio de mantener sin cambios los valores de un grupo determinado de artículos, recibieron la luz verde oficial para avanzar con aumentos en el resto de su oferta comercial, que es mucho más amplia.
La empresa que más artículos aportó a la lista de los 500 fue Unilever, que se comprometió a congelar un total de 29 productos de sus marcas Knorr, Axe, Rexona y Cif. La filial del grupo anglo-holandés igualmente fue autorizada a disponer subas que oscilan entre 3,5 y 9% para todos los demás artículos que fabrica y comercializa en el país, y que superan largamente las más de 500 referencias en los supermercados porteños.
Algo parecido sucedió con Coca-Cola, que congeló el precio de nueve productos -incluida la lata de su popular marca y la botella de 500 cm3 de Sprite-, y PepsiCo, que aceptó mantener sin aumentos ocho artículos. En ambos casos, a cambio los fabricantes de gaseosas fueron autorizados por Moreno para disponer subas que llegan hasta el 6 por ciento en sus otros productos.
El mismo esquema se repitió con otra docena de empresas líderes, entre las que figuran tanto compañías de capitales nacionales como SanCor, Mastellone Hnos. y La Virginia como varias multinacionales, desde Bimbo hasta Quilmes InBev, pasando por Kraft Foods, Aguas Danone, Clorox y Alicorp. Y del total de 500 artículos congelados, casi la mitad corresponde a compañías que ya obtuvieron el visto bueno de la Secretaría de Comercio Interior para avanzar con aumentos en el resto de sus productos.
Diferente es el caso de Procter & Gamble y Molinos Río de la Plata, que juntas aportaron 40 productos a la lista de los 500 congelados, pero por lo menos hasta la semana pasada no recibieron el visto bueno oficial para avanzar con algún aumento.
La lista de empresas autorizadas por Moreno para aumentar sus precios igualmente es mucho más amplia, y desde enero hasta la fecha, en total 82 compañías ya fueron autorizadas para disponer alguna suba, trabajando siempre con el esquema de subas diferenciales de acuerdo con el tipo de producto y marca. El modelo de "comercio administrado" que impulsa Moreno incluye la clasificación de todos los artículos que vende un supermercado en tres categorías: masivos, selectivos y premium. Los porcentajes de aumentos más alto son otorgados para los productos premium, bajo la lógica -que no siempre se cumple- de que los hogares de menores ingresos sólo consumen productos de segundas marcas.
Si bien el grueso de las empresas autorizadas son de consumo masivo, en la lista también figuran algunas compañías de otros rubros como la fabricante de electrodomésticos Radio Victoria (Hitachi), la marca de ropa Patagonia y las pinturas Vernier y Sinteplast.
En todos los casos, el porcentaje de los aumentos autorizados por Moreno no supera el 9 por ciento, aunque este tope es el mismo que se viene aplicando desde hace más de cinco años, con los resultados conocidos. Más allá de los acuerdos que se alcanzan con la Secretaría de Comercio Interior, las empresas disponen subas en sus listas de precios que superan largamente el tope del 9% y, en promedio, los alimentos acumulan subas que superan por mucho el 20 por ciento anual.
En principio, sólo las grandes cadenas agrupadas en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) suscribieron el acuerdo para mantener congelados los 500 artículos. Sin embargo, durante las últimas horas se conoció que los autoservicios chinos adherirán al congelamiento siempre y cuando no tengan problemas con el abastecimiento por parte de los proveedores.
"La medida es obligatoria para las grandes cadenas y voluntaria para los comercios de proximidad", explicaron en Casrech, una de las dos cámaras que reúne a los autoservicios chinos.
Por su parte, en Cedeapsa, la otra entidad que agrupa a los comerciantes orientales, precisaron que al tratarse de una adhesión voluntaria no deberán estar sujetos a los controles oficiales. "El control de todas las fuerzas al que convocó la Presidenta es obligatorio para las grandes cadenas", señaló Yolanda Durán, presidenta de Cedeapsa.