El gobierno de Brasil está cambiando la forma de decidir respecto a la compra y venta de granos en sus reservas públicas, dándole voz al Ministerio de Hacienda en la política agrícola mientras batalla una persistentemente elevada inflación.
El nuevo consejo que reúne a tres ministerios trabaja para garantizar que haya reservas de maíz suficientes, luego de que una sequía en el noroeste causara la muerte de miles de vacunos, en un año en que Brasil cosechó una cantidad histórica de maíz, dijo el secretario de política agraria del país.
Sin embargo, el nuevo consejo de reserva, conocido como Ciep, también puede influir sobre los precios locales al comprar o vender granos en el país, uno de los mayores productores y exportadores del mundo de soja y maíz, pero que importa trigo y arroz, dijo.
"Estamos discutiendo el arroz en el sur del país, una venta de parte del gobierno podría ayudar a estabilizar los precios", comentó el secretario Neri Geller durante una entrevista telefónica.
Brasil ha tenido problemas manejando sus bolsas de alimentos en el pasado debido a un acopio y caminos insuficientes. La infraestructura no se ha desarrollado a la par del aumento en la producción de granos de los últimos años.
Brasil vendió 98.139 toneladas de trigo en marzo y abril, dejando al país con reservas relativamente bajas de 389.321 toneladas según datos del sitio electrónico de la agencia de abastecimiento de cultivos Conab.
No obstante, economistas tienden a dudar del impacto de esas ventas sobre la inflación, que superó el límite de la meta a 12 meses del banco central en marzo, principalmente debido a la escasez de cultivos perecederos como el tomate y las cebollas.
Aunque es improbable que el Ciep tenga impacto directo sobre la inflación a corto plazo, Francisco Pessoa, economista especializado en inflación de LCA Consultancy en Sao Paulo, dijo que un mejor manejo de las reservas junto a una necesaria inversión en bodegas y transporte ayudaría a limitar las variaciones de precios en el país a largo plazo.