En los últimos años, el número de catástrofes ha aumentado considerablemente y, en consecuencia, la necesidad de contar con alimentos que cubran la urgencia alimentaria. Ante esta situación, el INTI ha desarrollado un alimento para ser consumido por la población bajo una situación de emergencia que además de ser rico es nutritivo.
Las catástrofes naturales y los conflictos bélicos generan un gran número de víctimas: personas que necesitan asistencia médica y alimentaria, de forma rápida y efectiva. Bajo estas circunstancias es necesario contar con un alimento que satisfaga las necesidades nutricionales y brinde la seguridad alimentaria.
Por tal motivo, el INTI a través de su Centro de Investigación de Cereales y Oleaginosas ha desarrollado un alimento en forma de galletas horneadas que cumple con los requerimientos de nutrientes para un amplio sector de la población. Los técnicos desarrollaron dos formulaciones, una dulce y otra salada, para que puedan ser consumidos en diferentes momentos del día.
En el desarrollo de este alimento se tuvo en cuenta el valor nutritivo, su aceptabilidad sensorial, y la estabilidad durante el almacenamiento en ambientes desfavorables, considerando las tendencias que rigen al sector de alimentos: salud y bienestar (libre de grasas trans y bajo contenido de sal), sin ingredientes considerados alérgenos y sin T.A.C.C (Trigo, Avena, Cebada y Centeno), apto para celíacos.
Se trata de un alimento que puede utilizarse también en los programas nacionales de asistencia alimentaria para el tratamiento de desnutrición moderada de la población.
Este desarrollo está a disposición de los organismos nacionales y provinciales interesados.
Características
Cereales utilizados fueron de elevada disponibilidad en nuestro país, de bajo-mediano costo, y con el aporte de macronutrientes (maíz, arroz y sorgo). Se desarrollaron dos formulaciones: sabor vainilla y sabor queso, para que la ingesta del producto pueda ser distribuida en cuatro momentos del día: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Las formulaciones se adaptan a otros sabores, como limón, durazno, jamón, entre otros.
El aporte energético es de 390 kcal/100 g. El total de materia grasa es del 35-45 % de la energía total; este valor permite proporcionar la densidad de energía suficiente para satisfacer los requerimientos energéticos, y permitir la elaboración de un producto de peso ligero y elevada palatabilidad. Asimismo, el contenido de lípidos asegura una adecuada absorción de las vitaminas liposolubles.
El contenido proteico es bajo (inferior al 15 % del aporte calórico total) para prevenir problemas renales y no promover la sed. Aunque la pérdida de masa muscular es común en situaciones de hambruna, la inclusión de una elevada cantidad de proteína en la formulación de un producto para supervivencia está contraindicada porque afecta negativamente el equilibrio hídrico. Los carbohidratos son suministrados primariamente como almidón, representando el 45-53 % de la energía total. El nivel de glucosa es inferior al 25 % del total de carbohidratos, para prevenir la diarrea osmótica y la elevación de la presión osmótica.
No se adicionó fibra, debido a que su carencia en esta etapa no será crítica. Está fortificado con vitaminas y minerales. La galleta elaborada puede ser hidratada a partir de los 60 ºC siendo posible su solubilización total para ingerirlo en forma de sopa. En el desarrollo del producto se respetaron los lineamientos publicados por el subcomité de Especificaciones técnicas para la formulación de raciones de emergencia de alto contenido energético, de los Estados Unidos.