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La dirigente kirchnerista Cecilia Casas integra el flamante comité de ética creado por Guillermo Moreno para juzgar a ciertas asociaciones de consumidores que no comulgan con las mediciones del INDEC. Pero es su propia ética la que quedó en duda luego de que Clarín revelara su participación en una estafa contra un grupo de productores de Corrientes a los que se les hurtó una gran suma de dinero con la falsa promesa de subsidios otorgados por el secretario de Comercio. Uno de los participantes de esa maniobra ahora acusó directamente a Casas de haberse quedado con unos 130.000 pesos .


Carlos Querencio es uno de los dos punteros de Mocoretá que reclutó a los productores estafados de esa localidad correntina. Reconoció en declaraciones a Radio Chajarí su participación en los sucesos. Pero también dijo haber sido timado por Casas , quien es presidenta de la Asociación de Usuarios y Consumidores de la República Argentina (ASUCRA), una de las entidades más afines a Moreno. Tanto así que en 2010 éste la designó ante la Comisión Nacional de Alimentos (Ver facsímil).


“Ella tenía el dinero encima, ya que yo se lo había traspasado”, acusó Querencio a la mujer, quien también fue -sin suerte-, candidata a intendenta en el partido de Moreno en la elección de 2011.


Al hablar del “dinero”, el puntero peronista reconoció que un grupo de productores que viajó el 6 de diciembre al Mercado Central (con la promesa de que allí mantendría una entrevista de trabajo con el poderoso secretario de Comercio) reunió unos 170.000 pesos para destinarlos a pagar los honorarios de los profesionales que elaborarían el anteproyecto necesario para obtener luego subsidios para sus explotaciones. A la mayoría los guió la desesperación, pues en junio pasado una feroz helada destruyó casi todos los árboles cítricos de Mocoretá y sus alrededores.


La plata viajó hacia el Mercado Central junto al grupo, custodiada por un compañero de Querencio llamado Aníbal Colombo. Y una vez en Tapiales, según esta versión, habría sido entregada a la estrecha colaboradora de Moreno.


Luego, cuando los citrícolas se dieron cuenta de que les habían hecho “el cuento del tío” , pues solamente escucharon a Moreno dar un discurso político y no tuvieron chance de hablar con él de los subsidios que les habían prometido, intentaron recuperar la plata , pero solamente encontraron 40.000 pesos en una mochila que estaba en poder de Querencio. El resto, unos 130.000 pesos, habían desaparecido junto con la platinada colaboradora del funcionario .


“Casas no quiso volver más, se quedó con todo. Los productores vieron ahí cómo yo la llamaba y discutía por teléfono”, aseguró Querencio, quien asume haber actuado de nexo entre la supuesta funcionaria y los estafados. Fueron dos contactos: una primera visita de Casas a Mocoretá y el viaje posterior de los productores al Mercado Central. “Fui yo quien la trajo, la gente la conoció, la vieron por televisión, habló por radio”, rememoró el puntero. Y recordó, quitándose el sayo: “Yo me venía dando cuenta de que ella no estaba trabajando dentro de todos sus cabales, pero caímos y fuimos engañados. La verdad que es una vergüenza lo que esta señora hizo”.


Ante una consulta de Clarín , la colaboradora de Moreno había negado conocer a ambos punteros y aseguró que no era su rol gestionar subsidios. En Mocoretá, recuerda el intendente Henry Fick, se presentó como “coordinadora del Ministerio de Salud”. Efectivamente trabaja allí, aunque aclaró que se encuentra “en comisión”.


Casas, que sí se ufana de integrar el comité de ética creado por Moreno, presenta una situación financiera complicada. En los últimos meses emitió tres cheques sin fondos por 6.236 pesos y mantiene deudas en categoría 5 (incobrable) con diferentes bancos por más de 60.000 pesos. Entre ellos, el Comafi y el Bapro ya iniciaron acciones judiciales.