En momentos en que el mismo estuvo activo, nunca supero la intensidad débil y por otra parte este período de mayor calentamiento no coincidió con el de mayor impacto estadístico sobre las precipitaciones que es el bimestre noviembre diciembre. Por lo tanto, las anomalías positivas del patrón pluvial que en forma alternada tuvieron vasta cobertura geográfica en la región pampeana y que se vienen dando desde principios de agosto, no pueden justificarse en base a este fenómeno. En el mismo sentido el NEA, una zona habitualmente auxiliada por lluvias generosas en campañas El Niño, ha padecido una primavera seca, con apenas el 50 por ciento de la oferta normal de agua de la estación.
En el mapa que muestra el apartamiento medio de las temperaturas superficiales de los océanos durante casi todo noviembre, se destacan claramente dos situaciones. La más evidente es la neutralidad del Pacífico central, con ligeros calentamientos que alternan con enfriamientos, los cuales incluso se han fortalecido sobre las costas de Sudamérica. Por otra parte la corriente oceánica de Brasil se haya sobrecalentada, principalmente frente a las costas uruguayas y bonaerenses. Esto por lo pronto no es compensado por la corriente fría de Malvinas, lo cual presupone que esta condición puede sostenerse como lo viene haciendo desde comienzos del mes de septiembre.
El calentamiento del Atlántico ha variado su intensidad y posición, pero nunca desapareció y esto posiblemente haya sostenido el patrón húmedo de la región pampeana.
Partiendo de la hipótesis que el Atlántico cálido genera un aporte extra de humedad a la atmósfera, el resto básicamente depende de la circulación de escala regional y de cómo la zona de alta presión del Atlántico distribuye la humedad. Gran parte de la Mesopotamia, el NEA y casi toda la región pampeana, depende en mayor o menor medida de la capacidad de transporte de humedad de los vientos del norte y el noreste.
Estas zonas agrícolas quedan dependientes de cómo el Anticiclón del Atlántico define los flujos de humedad. Como se ha podido comprobar estos flujos de humedad han tenido una trayectoria que se ha ubicado por debajo de latitudes subtropicales y en general esto desfavorece al NEA y a Paraguay, o al menos baja la frecuencia de eventos pluviales de importancia.
Luego de las últimas lluvias, ha comenzado a definirse una situación que podría sostenerse por una semana o diez días. A pesar de que algunas lluvias modestas podrían concretarse durante el lunes, las condiciones dinámicas parecen definir un patrón de estabilidad que no promovería el desarrollo de sistemas precipitantes de importancia en el ámbito de la región pampeana. Pareciera que las lluvias se concentrarían en áreas del Paraguay o del centro oeste brasileño, al menos temporariamente. En la transición entre quincenas posiblemente volvería a fortalecerse la entrada de humedad sobre la región pampeana, lo cual promovería la aparición de al menos dos eventos generalizados en la segunda quincena.
Las zonas donde en la primera semana de diciembre ya se han superado los 100 milímetros, obviamente evidenciarán desvíos positivos de la precipitación durante lo que resta de diciembre. En otros sectores como el sur de BA y el oeste entrerriano, la oferta ha sido más moderada y el mes apunta hacia los valores normales. También aparecen zonas como el sur de CB y el sur de SF, que van a la segunda quincena con una mayor necesidad de precipitaciones.
El NEA se inscribe como el primer demandante de precipitaciones. Necesita recuperar el atraso de la primavera e ingresa en el período donde las exigencias atmosféricas y la de los cultivos implantados requieren un piso de 150 milímetros para sostener su balance hídrico en forma. Está en una situación comprometida. En la región pampeana, la situación es la contraria. Dejando de lado las zonas inundadas, casi toda la región cuenta con perfiles cargados como para sobrellevar períodos secos temporarios.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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