Tampoco recompensó a Repsol por las acciones de YPF (aunque Santa Cruz, que recibió parte de esas acciones, ya fue obligada a pagarlas).

Las demandas son muchísimas. Salvo el FMI o los bonistas que participaron en el canje, nadie puede cobrarle al kirchnerismo. Mucho menos los acreedores argentinos. No importa si son jubilados, obras sociales o provincias. Ya se vio con De la Sota: lo tratan como a un "buitre".

A la fila se agregó un cobrador inesperado: Hugo Chávez. El Gobierno le debe 1800 millones de dólares por compras de combustibles. Y en el presupuesto consignó que tampoco va a pagarle. Como socialista del siglo XXI, Chávez tiene vedada la opción de ir al Ciadi. Por esa razón, de un momento a otro, agarrará la cacerola.Se entiende, por lo tanto, que el riesgo país aumente un poco cada día. La Presidenta no le reconoce un pagaré ni a su hermano bolivariano.