Las fuertes lluvias que se registraron en los últimos días no le dan respiro a la castigada zona productiva agropecuaria, cuyos suelos en su gran mayoría están saturados por las precipitaciones acumuladas desde agosto. La situación pone en riesgo a los principales cultivos, según coinciden distintos analistas.

Y aunque todavía es muy temprano para hacer pronósticos, algunos se animan a aventurar que la cosecha sojera estará por debajo de las últimas previsiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), que a principios de octubre las cifró en 55 millones de toneladas. Se habla ahora de que llegarían a 50 millones de toneladas, cerca de las mejores cifras de los años previos y casi 10 millones por encima del ciclo previo, que resultó diezmado por la fuerte sequía.

El recorte potencial que se comienza a estimar representa casi u$s 3.000 millones en el valor de la cosecha.

A precio de cierre en Chicago de ayer (se operó de manera electrónica solamente por el freno a la actividad en EE.UU. por el huracán Sandy), u$s 563 la tonelada, la cosecha sojera argentina que recién comienza a implantarse valdría u$s 30.965 millones, si se logran las 55 millones de toneladas estimadas por el Usda. En cambio, si se cosechan 50 millones, la campaña sojera tendrá un valor de u$s 28.185 millones, siempre a precio de ayer.

Esos valores descienden a u$s 29.260 millones y u$s 26.600 millones, para 55 y 50 millones de toneladas respectivamente, si el precio al que se calcula es el que el Gobierno tomó para la soja en el Presupuesto 2013 (u$s 532 por cada mil kilogramos).

Pero más allá de las especulaciones, porque al fin y al cabo, los resultados finales de la campaña se sabrán dentro de seis meses, en mayo próximo cuando se sepa con certeza cuánto se cosechó la principal preocupación de operadores, productores y analistas pasa por si la humedad excesiva hará que el trigo plantado contraiga enfermedades que perjudiquen el rinde del grano. Y, en el caso de la campaña gruesa, retrasen la siembra del maíz y de la soja, lo que podría repercutir de manera negativa en los rindes.

Dada toda la lluvia, el granizo y las inundaciones que hemos visto, algunos campos de maíz se van a perder. Otros todavía pueden volver a sembrarse, pero con resultados inciertos, dijo Manuel Alvarado Ledesma, economista y consultor agrícola con base en Buenos Aires a la agencia Reuters. Y consideró que se puede esperar una caída de 20% en la previsión de maíz del Usda, hasta las 22,4 millones de toneladas. En ese sentido, Martín Fraguío, directivo de la asociación Maizar, expuso que a esta altura del año debería haberse sembrado entre 50% y 70% del área prevista, y sólo se puedo implantar 35% a 40%.

Para la soja, Alvarado Ledesma cree que por el mal clima la caída productiva se puede estimar en 10% para la soja, hasta 50 millones de toneladas.
La Bolsa de Rosario, a través de su Guía Estratégica para el Agro (GEA) indicó que la siembra de la oleaginosa comenzó muy aisladamente, con retraso y bajo un marco de incertidumbre por el elevado perfil húmedo de los suelos.

La región núcleo está en alerta naranja: los suelos están saturados, hay problemas de circulación por anegamientos de caminos y canales desbordados, indicó la entidad rosarina.