Por tercera rueda consecutiva, los precios de la soja cayeron ayer en la Bolsa de Chicago, producto de las nuevas ventas concertadas por los fondos de inversión especuladores. Las bajas, que se extendieron al maíz y al trigo, tuvieron un parcial correlato en el mercado local.

Al momento de fijar los ajustes de la rueda, las pizarras del mercado estadounidense mostraron quitas de US$ 10,66 y de 11,29 sobre los contratos noviembre y enero de la soja, cuyos precios resultaron de US$ 602,60 y de 602,33 por tonelada. Ayer, los fondos vendieron 8000 contratos, equivalentes a poco más de 1,10 millones de toneladas, volumen al que se sumaron los 2,07 millones vendidos el lunes.

Esta liquidación de contratos tuvo mucho que ver con cuestiones técnicas propias del accionar de estos operadores, que tienen su biblia en las gráficas y en los promedios móviles.

Una vez más, y como fue advertido desde este mismo espacio pocas jornadas atrás, la activa participación de los especuladores en el mercado de materias primas fue y continuará siendo la espada de Damocles que pende sobre los precios. Es en estos momentos de súbitos movimiento cuando se entienden y cobran valor las coberturas en los mercados de futuros y opciones, dado que son las herramientas más eficaz para evitar la exposición al riesgo que implica compartir mercado con quienes tienen intereses ligados sólo a la especulación financiera.

También es en momentos como el actual (siempre en tiempos de bajas, casi nunca en las alzas), cuando vuelven al mercado las declaraciones altisonantes sobre la necesidad de regular la acción de los grandes inversores. "Los gobiernos deben permitir que los reguladores intervengan en los mercados de materias primas para desinflar las burbujas de precios y combatir a los poderosos inversores financieros", dijo ayer la ONU, a través de un documento titulado "No culpen a los mercados físicos".

Sin embargo, como quedó demostrado tras el estallido de la burbuja financiera en 2008, el mismo mercado y los entes reguladores fueron los que terminaron por evitar la imposición de límites serios al "juego" de los especuladores. Entendieron que, de hacerlo, limitarían su propio negocio, al restarle liquidez a una plaza de la que todos quieren entrar y salir con facilidad. Ahora, según informó la agencia Reuters, en el trabajo de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo se recomienda que "las autoridades reguladoras del mercado podrían tener el mandato de intervenir directamente de forma ocasional en las operaciones cambiarias mediante la compra o venta de contratos de derivados, con el fin de evitar colapsos de precios o desinflar las burbujas de precios".

Frente a palabras que se esfuman sin dejar rastros de cambios concretos sobre los mercados, una vez más resulta necesario tener en cuenta la necesidad de no dejar pasar precios que aporten una rentabilidad lógica sin realizar coberturas.

En lo estrictamente referido al mercado agrícola, la presión de la cosecha estadounidense y el inicio de la siembra de soja en América del Sur fueron dos de los factores tenidos en cuenta por los denominados "comerciales" (exportadores e industriales) para no hacerse cargo de las posiciones vendidas por los especuladores. También tuvo incidencia la inminente paralización del comercio en China durante la primera semana de octubre, por la cerebración del Año Nuevo.

En el mercado local las bajas externas se reflejaron parcialmente, dada la necesidad de mercadería que persiste entre las industrias. Por tonelada de soja disponible las fábricas propusieron $ 1910 en Timbúes, San Martín, San Lorenzo, Ricardone y en General Lagos, $ 20 menos que anteayer. Las ventas de quienes hasta hace pocos días esperaban $ 2000 para entregar su grano fueron casi nulas. La soja de la próxima cosecha se mantuvo estable en la zona de Rosario, donde los interesados volvieron a proponer hasta US$ 340 por tonelada.

Maíz y trigo

Menos notorias que el lunes, también hubo bajas para el maíz y el trigo en los Estados Unidos. El grano grueso registró pérdidas de US$ 3,15 y de 3,34 sobre los contratos diciembre y marzo, cuyos ajustes resultaron de 291,32 y de 292,90 dólares por tonelada. Los fondos liquidaron ayer 7000 contratos, equivalentes a unas 889.000 toneladas, que se sumaron a los 2,03 millones vendidos el lunes.

Por maíz argentino los exportadores pagaron US$ 180 por cereal con entrega entre noviembre y diciembre en San Martín, sin cambios. El grano con descarga entre marzo y mayo se cotizó a US$ 185 en la zona de Rosario y a US$ 190 en Bahía Blanca.

Acerca del trigo, la posición diciembre en Chicago y en Kansas bajó US$ 5,33 y 4,51, y cerró con un ajuste de US$ 317,28 y de 326,65, respectivamente. Las lluvias previstas en las zonas productivas de Australia fueron el principal fundamento bajista.

El trigo argentino se cotizó a 240 dólares en San Martín y a US$ 250 en Bahía Blanca, sin cambios.