Según un informe relevado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el valor del ternero aumentó y registró una pérdida superior a 14,0% anual. Asimismo, disminuyó el incentivo del criador de hacienda por la poca rentabilidad del negocio ya sea por imposibilidad para exportar como por  la mala alimentación de las vacas.

El valor del ternero aumentó levemente, al tiempo que la tasa de inflación se mantuvo por encima de 23% anual. Y si se toman los últimos doce meses, el valor real del ternero registró una pérdida superior a 14,0% anual, que llegó a 16,6% en el caso del ternero de Liniers y que ascendió a 22,1% en el caso del Rosgan PIRI.

Es importante destacar que la persistencia de este deterioro (gradual) hace que el criador de hacienda vaya perdiendo incentivos para aumentar la productividad y, por lo tanto, el nivel de producción, ya que se enfrenta a una disminución continua de la rentabilidad del negocio.

El valor de la hacienda no puede seguir creciendo, debido a que el negocio de la industria frigorífica argentina se encuentra imposibilitado de exportar. Concretamente, enfrenta aumentos sistemáticos de costos en pesos y en dólares que no son correspondidos por los precios internacionales de los cortes vacunos, a lo cual hay que agregar el fuerte atraso cambiario que repercute en los valores de compra de hacienda y en la existencia de un derecho de exportación de 15% que no se paga en ninguno de los principales países competidores, lo que se traduce en una importante pérdida de competitividad que genera la caída de los volúmenes exportados, así como también en un aumento muy rápido de las cantidades volcadas al mercado doméstico.

Por otra parte la mala alimentación que están recibiendo las vacas en este momento también generará bajos índices de preñez en la campaña a iniciarse, que hará disminuir la cantidad de terneros para el próximo año.  

La faena acumulada en los primeros siete meses de 2012 no sólo resultó inferior a la registrada en iguales períodos de 2007, 2008 y 2009, años caracterizados por niveles records de liquidación de vientres, sino que aún no alcanzó los niveles observados en enero-julio de los últimos veintitrés años (sólo en 1998 se faenó una cantidad inferior de animales; -2,0%).

En los primeros siete meses de 2012 la faena total habría ascendido a 6,652 millones de cabezas, con lo cual habría experimentado una expansión de 8,6% anual. Esto implica que en lo que transcurrió de 2012 se habrían sacrificado alrededor de 529 mil cabezas más que en los primeros siete meses del año pasado.
La recuperación de la actividad de la industria frigorífica vacuna y la pérdida de atractivo de los negocios de exportación, hicieron que tanto en julio como en el acumulado de los primeros siete meses del año el mayor volumen de carne producido se orientara al  mercado interno
Al comparar julio de 2012 con julio de 2011, surge que la producción creció en casi 32.400 tn r/c/h y las exportaciones disminuyeron en 5.900 tn r/c/h. En consecuencia, el consumo interno aumentó en 38.300 tn r/c/h.
De acuerdo con las estadísticas del SENASA, en el séptimo mes del año se certificaron envíos al exterior por 8.706 tn peso producto (tn pp) de carne vacuna. Si bien este volumen resultó 16,3% superior al del mes anterior, fue el sexto registro más bajo de los últimos noventa y un meses (-30,9% anual).

Estos cortes se enviaron fundamentalmente a Chile (28,0%), Israel (25,4%) y Rusia (17,9%). Los siguientes destinos fueron Brasil y Alemania con 7,6% y 7,4%, respectivamente. Y la cuestión de la pérdida de atractivo de los envíos al exterior se reflejó en el hecho de que sólo crecieron las exportaciones de estos cortes al país limítrofe de Chile (47,1% anual). En todos los demás casos se registraron caídas de los volúmenes exportados. Desde -4,8% en el caso de Brasil, a -18,9% en el caso de Israel y a -35,2% en el caso de Rusia.

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