En el análisis técnico se usa mucho el término “divergencia” para hacer referencia a las situaciones donde un indicador apunta hacia un lado y otro lo hace en el sentido contrario. Pidiendo prestado el término para el análisis fundamental, podemos decir que actualmente tenemos divergencias entre los fundamentos propios del mercado y el comportamiento del mismo, inspirado en la gran posición comprada de fondos en soja, la situación financiera y las señales que arroja el análisis técnico.
Los temas que desarrollaremos más en profundidad son:
- El análisis fundamental del mercado de soja justifica precios elevados, y no bajas como hemos visto
- El maíz se sembró muy rápido, pero el clima en EEUU ya pone en duda la posibilidad de llegar a rindes récord
- Los temores por la producción de trigo se moderan de la mano de lluvias
- La pregunta entonces es porqué los precios ajustan a la baja?
- Las escases ventas de productores son lógicas pero ponen en aprieto a la molinería
- El impacto de la baja de precios de la soja sobre el bolsillo del productor es muy fuerte
- No dejemos de ver los negocios para la cosecha nueva
- El nuevo conflicto Campo - Gobierno
Localmente la baja de precios secó la plaza de vendedores, y además las dificultades para comprar dólares hacen que no tenga sentido vender cuando no haya cuentas por pagar. Además lleva a que los precios para la cosecha nueva también se ajusten a la baja, con el maíz y el trigo en niveles realmente muy poco atractivos, y la soja quebrando decididamente a la baja los 300 U$S/tt. Habrá aquí que esperar el rebote de precios, con todo el riesgo que esto significa, ya que no sabemos que elemento nuevo se pueda sumar a la visión que hoy tenemos del mercado.
En medio de todo esto, la provincia de Buenos Aires lanza el revalúo fiscal para el impuesto inmobiliario, y si bien la legislatura promete revisar alícuotas para impedir subas desmedidas, lo cierto es que esto generará un aumento patrimonial que generan mayores impuestos nacionales. Esto disparó un cese de comercialización de 9 días, y no se descartan medidas más contundentes en el futuro.
El análisis fundamental del mercado de soja justifica precios elevados, y no bajas como hemos visto
En cuanto al análisis fundamental, es difícil encontrar en soja un elemento negativo del cual tomarse para pensar en que los precios deberían caer. En el corto plazo la falta de mercadería es notable: la cosecha Argentina no para de hacerse más pequeña, China sigue comprando agresivamente aunque esta semana las exportaciones semanales norteamericanas estuvieron más flojas, la perspectiva para la cosecha norteamericana aún descontando clima favorable, es que los stocks sigan bajos y el clima está generando “dudas razonables” para este producto.
El maíz se sembró muy rápido, pero el clima en EEUU ya pone en duda la posibilidad de llegar a rindes récord
En el caso del maíz hay una dicotomía entre la situación presente y la que se plantea para la cosecha nueva de EEUU. En cuanto a la posición presente, las existencias de maíz en el mundo están diezmadas, tras dos cosechas pobres seguidas en Norteamérica y una activa demanda internacional, con China volviéndose un importador neto importante. En cuanto a la campaña nueva, teniendo presente que EEUU implantó un área récord de casi 39 mill.ha. en EEUU, y que lo hizo en forma temprana, el mercado descontaba una súper cosecha en ese país. Esto hizo que los precios de la cosecha nueva bajaran mucho, mientras que las posiciones cercanas siguieron muy altas. Pero los precios bajaron tanto en las posiciones más lejanas que están en niveles que podríamos decir justifican ya una excelente cosecha, y además el clima seco en EEUU pone en duda que se puedan alcanzar rindes récord, y cada quintal de rinde que se pierde son 4 mill.tt. menos que producirá EEUU.
Los temores por la producción de trigo se moderan de la mano de lluvias
El trigo siempre ha sido seguidor de los otros mercados, y sin embargo en las primeras semanas de mayo se había despegado, y hasta había liderado el mercado. A diferencia de lo que pasa con maíz y soja, el trigo cuenta con amplios stocks de trigo. Sin embargo la falta de lluvias en países exportadores importantes como Europa, Ucrania, Rusia, el propio EEUU y Australia habían inspirado una suba. Esta alza tomó a los fondos en una posición vendida, por lo que los mismos la redujeron fuertemente, apuntalando el rebote alcista. Sin embargo esta última semana las lluvias llegaron a casi todas las zonas en problemas, y con los fondos en una posición vendida más chica, su participación se contajo y vimos un fuerte ajuste negativo de precios.
La pregunta entonces es porqué los precios ajustan a la baja?
La respuesta pasa por el contexto financiero. Los fondos especulativos están comprados, y la compleja situación Europea, junto con datos económicos desalentadores tanto en EEUU como en China hicieron que se desatara una toma de ganancias.
Hay que separar dentro de los fondos especulativos, a los fondos tradicionales de los financieros o índice. Los fondos especulativos tradicionales son aquellos que vienen operan en el mercado de granos desde hace tiempo, observando los fundamentos propios y actuando en consecuencia para obtener ganancias de los movimientos lógicos del mercado. Estos fondos son similares a los surfistas que aprovechan las olas para deslizarse: deben moverse junto con la tendencia del mercado y aprovecharla. Así es que si bien los fondos tradicionales con sus compras y ventas generan más volatilidad, no cambian la tendencia de fondo del mercado, sólo hacen que las subas sean más violentas y las bajas más empinadas. Estos fondos habían acumulado una posición comprada de soja muy alta, ya que venían realizando adquisiciones ante los problemas climáticos de Sudamérica y la fuerte demanda asiática. Sin embargo una vez que generaron una posición comprada muy grande, y que no aparecieron nuevos elementos alcistas, se impone la toma de ganancias. La misma necesita de un catalizador, una noticia bajista que dispare las ventas. Esa noticia bajista fue el recrudecimiento de los problemas financieros y políticos en Europa.
En cuanto a los fondos financieros, la lógica de los mismos no es comprar soja, sino vender dólares. Lo que hacen los mismos al comprar commodities es tratar de reducir el riesgo de que sus carteras, que tienen una rentabilidad relativamente baja por estar invertida en activos seguros, se vea perjudicada por las devaluaciones de las distintas monedas, en un contexto donde diversos países estimulan sus economías emitiendo dinero o incrementando la liquidez por distintos métodos. Mientras las tasas de interés sean bajas, y el riesgo de devaluación exista, los fondos financieros seguirán con posiciones compradas en commodities. De hecho ni siquiera en el peor momento de la crisis financiera del 2008 llegaron a neutralizar su posición comprada. No obstante, cuando situaciones de incertidumbre se presentan, estos fondos ven reducirse la cartera que administran, por el vuelo de los inversores hacia la liquidez, especialmente si se despiertan temores sobre la salud de las instituciones financieras. Esto es justamente lo que está pasando en este momento en el mundo, de la mano del enfrentamiento entre Alemania y Francia por la forma de conducir la crisis de la deuda europea, y por el temor de que los bancos españoles colapsen.
Las escases ventas de productores son lógicas pero ponen en aprieto a la molinería
En el mercado local, la baja de precios de la soja secó todavía más de ventas a la plaza. Los productores han vendido una gran cantidad de soja anticipada, que ahora están entregando y cobrando. Además de esto, aprendiendo la lección de lo que significa quedarse con maíz y trigo cuando se terminan los ROE VERDE, las ventas de estos productos fueron también muy rápida. Esto generó que financieramente los mismos pudieran pagar sus cuentas y acomodar sus finanzas para el primer semestre del año. Como la cosecha fue mucho menor que lo esperado, los granos remanentes no son demasiado, y son su única reserva de valor a futuro. Con un largo año por delante, donde los costos de implantación ya se avizoran que tendrán fuertes alzas, resulta importante poner a buen resguardo ese capital de trabajo. Los altos precios que vimos en marzo y abril tentaron al productor a vender, pero la constante alza por un lado, los elementos fundamentales que justificaban las mismas, y la realidad de que el dinero que se produciría tenía dificultades para encontrar una colocación transitoria y segura en el mediano plazo, hicieron que se prefiriera mantener la soja sin vender. Ahora que los precios bajan, este razonamiento se profundiza.
El refugio de valor tradicional para estas colocaciones transitorias en el caso del campo ha sido siempre el dólar. Las fuertes restricciones a la compra de dólares llevan a que no tenga sentido desprenderse de la soja, cuya cotización es justamente en dólares. Podría argumentarse en contra de este razonamiento que para salir de la difícil situación actual, el Gobierno podría establecer un tipo de cambio diferencial para el Agro dejándolo más bajo que el dólar billete. Pero si hoy un productor vende soja y quiere hacerse de dólares, debería recurrir al mercado informal y pagar un sobrecosto muy importante, con lo cual de hecho esto ya ha pasado.
El impacto de la baja de precios de la soja sobre el bolsillo del productor es muy fuerte
Volviendo al razonamiento de quedarse con la soja porque cotiza en dólares y además tras la baja de precios deberíamos ver una recomposición ya que la situación fundamental lo amerita, debemos señalar que una cosa es esperar el rebote de precios de la soja con un buen nivel de ventas de base, y un piso de precios asegurado por medio de opciones PUT compradas, y otro totalmente distinto es hacerlo “durmiendo a la intemperie”. El 2 de mayo la pizarra de soja tocó el techo de 1561 $/tt. El viernes su valor de mercado fue de 1465 $/tt. Un productor que tuviera en su campo un silobolsa de 200 tt de soja, dejó de ganar por no haber vendido en su momento $ 19.200, y el ajuste técnico recién comienza.
La única forma de cubrirse ante esto es comprando PUT de soja Noviembre, los cuales con la baja no se han encarecido demasiado y aún brindan posibilidades de asegurarse niveles de precio rentables con una inversión reducida.
No dejemos de ver los negocios para la cosecha nueva
Otro tema que debe analizarse con cuidado son las tendencias de precio para la próxima campaña. Ya se está sembrando el trigo, que viene con una caída de área muy fuerte (entre 13% y 15%) y se empiezan a delinear intenciones de siembra de maíz y soja. Los comentaros de las semilleras marcan que la venta de semillas de maíz se cayó fuertemente.
Lo que ocurre es que los precios que se manejan para la próxima campaña, con un maíz en 140 U$S/tt, y un trigo de 155 U$S/tt en condición cámara, no son para nada atractivos. Sin embargo debemos decir que en ambos casos el diferencial entre el precio que la exportación podría pagar (capacidad teórica de pago) y el que realmente ofrecen es relativamente bajo y hasta aceptable teniendo en cuenta el riesgo institucional que los exportadores sufren en Argentina. Recordemos que la semana pasada una de las grandes exportadoras tuvo que salir a pagar fuertes multas por la aplicación de la ley Martinez Reimonda, mientras que otra por el mismo problema está suspendida del registro fiscal de operadores de granos, sin lograr su reincorporación.
Lo que pasa con los precios no es que los exportadores se estén quedando con una parte demasiado grande de los precios, sino que los valores se han ajustado de la mano de la caída en el mercado internacional.
Sin embargo vemos que en la baja de precios de soja, los valores de maíz y trigo se mantienen mejorando la relación de precios entre estos granos. Si esta situación sigue, va a resultar tentador relaizar negocios de maíz y trigo a fijar por soja, con relaciones convenientes, para luego cuando el mercado de soja se recomponga, poder fijar con un mejor valor de referencia de la oleaginosa, y redondear un mejor resultado para los cereales.
En el caso de la soja lo recomendable es captar en parte el precio actual por medio de ventas, y en otra parte por medio de compra de PUT. Los mismos para la cosecha nueva están muy caros. Quedan así dos posibilidades. La primera es poner además de un piso, un techo, pero en las dos últimas ocasiones que hicimos esto, vimos como los valores de mercado superaban los techos, y generaban necesidad de poner fuertes sumas en concepto de diferencias. Por ello preferimos el plan “B”, que sería comprar opciones noviembre que al tener menos valor tiempo son más baratas, y luego llegado el momento invertir algo más para cubrirse desde noviembre a mayo.
El nuevo conflicto Campo - Gobierno
Un tema que no podemos soslayar del mercado interno es el nuevo enfrentamiento con el Gobierno por el revalúo fiscal en la provincia de Buenos Aires. Como suele suceder en estos conflictos hay una base que es real: los valores fiscales de los campos no se han actualizado desde hace décadas. Sin embargo también es cierto que la presión impositiva sobre el sector es exagerada, que el aumento de valor de los campos no genera para los dueños de los mismos un ingreso real de bolsillo sino un resultado por tenencia que sólo se realiza cuando el campo se vende y que en realidad el impacto más fuerte sobre el productor no va a ser el mayor pago de impuestos provinciales sobre la tierra, los que de hecho la provincia promete moderar por medio de bajas en las alícuotas, sino que al tener que valuar los campos mucho más alto, esto generará un incremento patrimonial que disparará mayores sumas a pagar por impuesto a los bienes personales, ganancia mínima presunta e impuesto a las ganancias.
Por otro lado es innegable que esta medida tiene un fin recaudatorio, lo que nos lleva a preguntarnos porqué necesita el Estado tantos impuestos, ya que la recaudación viene batiendo récords constantemente. Esto pone al desnudo que el aumento desenfrenado del gasto está generando problemas para sostener la economía, y en lugar de aceptar la restricción de un presupuesto ajustado, el Gobierno trata de exprimir aún más a los privados.
Por Lic. Dante Romano - Analista de mercados de Alabern