La mayor alimenticia brasileña y principal exportadora mundial de carne de pollo, Brasil Foods (BRF) tomará hoy el control de la firma Quickfood, dueña de Paty, que perteneció hasta ayer a su coterránea Marfrig.

Las empresas anunciaron un preacuerdo en octubre pasado y delinearon, hace dos meses, los términos y condiciones de la operación, que aguardaba la aprobación del Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) de Brasil.

Brasil Foods factura u$s 23.000 millones anuales y surgió de una compleja fusión entre Sadia y Perdigao, aprobada en julio pasado. Para lograr la fusión, debió cumplir las exigencias de CADE y la transacción por Quickfood se inscribió dentro de ese proceso.

BRF, que ya es dueña de las operaciones de Sadia en la Argentina, entra hoy al negocio de la carne vacuna y se expande aún más en las góndolas nacionales, a siete meses de haber adquirido a la fabricante nacional de pollos Avex y la marca Dánica. Por ambas, pagó u$s 150 millones, en sociedad con el grupo argentino Miguens.

En ese momento, el presidente ejecutivo de BRF, José Antonio Fay dijo a El Cronista que comenzaba a concretarse así el proyecto de montar un negocio alimentario en Argentina, que empieza con Avex, Dánica y su red de distribución.

A partir de hoy, BRF controla todas las plantas de procesamiento de hamburguesas, salchichas, jamones y verduras de Quickfood en la Argentina; el frigorífico San Jorge (en Santa Fe), todos sus depósitos y estructura de distribución y las granjas porcinas de la empresa en el estado brasileño de Mato Grosso. BRF controlará, también, la marca Paty, que concentra el 66,6% del mercado local de hamburguesas y el 23,9% del de salchichas.

Marfrig, por su parte, se queda con cuatro plantas de faena en la Argentina, todo el negocio ganadero incluyendo un feedlot y un establecimiento en Uruguay, además de los activos brasileños de los que se desprende BRF: doce marcas de alimentos, ocho centros de distribución, una planta industrial de cerdos y el 64,57% de participación de Sadia en Excelsior Alimentos. Para ello, Marfrig desembolsará, además, 350 millones de reales (unos u$s 175 millones).

Fuentes cercanas a la negociación aseguraron a El Cronista que la transacción resulta en un buen negocio para ambas compañías. Aún así, el negocio frigorífico, que queda en manos de Marfrig, está comprometido en el país. En su último balance, Quickfood perdió u$s 130 millones y uno de los principales motivos fueron los altos costos de la hacienda. Las escasas ventas externas de carne y los bajos precios pagados por Europa, también complican el negocio.