La Secretaría de la Producción informó que por resolución del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, y ante el requerimiento del municipio de Tres Arroyos, quedó autorizada la caza de la paloma torcaza, plaga que desde hace tres años viene generando graves inconvenientes a los productores agropecuarios que explotan campos en la franja costera del partido.
Pero la noticia no generó interés en los potenciales cazadores. Esto tiene que ver con que, la resolución dictada por la cartera provincial aprueba "la captura viva con trampas específicas, prohibiéndose el uso de sustancias químicas, como así también de noche y/o con luz artificial". Para tal fin, el ministerio o el frigorífico interesado en comprar las palomas para procesarlas, entrega a los cazadores las mencionadas trampas. El problema es que por ahora nadie estaría interesado en realizar las capturas.
Según las fuentes consultadas por La Voz del Pueblo dos serían los motivos que hacen que no sea una oferta tentadora dedicarse a la caza de palomas. En primer término, hay una cuestión de pesos.
El frigorífico Infriba, ubicado en Batán y que está habilitado para procesar y exportar las palomas, pagaría entre 20 y 30 centavos por pieza, cifra que no seduce a los potenciales cazadores. Segundo, las trampas hay que ubicarlas en los lugares donde las aves comen, que son los campos, y por seguridad y una cuestión relacionada por la responsabilidad civil, a los chacareros no les gusta la idea de tener que dejar ingresar a sus explotaciones a personas ajenas a su entorno.
"Infriba es el frigorífico que compra las palomas y hoy está pagando 30 centavos por pieza. Por supuesto que es un valor muy bajo, pero según cuentan en los feed lot de La Pampa están levantando como mínimo 6000 palomas por semana. Entonces, así, la captura que es factible", explicó el ingeniero agrónomo Gustavo Calvanese, director de Sanidad Vegetal del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires.
"No va a dar resultado.En su momento, el año pasado, la gente del frigorífico habló de pagar la paloma entre 15 ó 20 centavos, entonces ¿cuántas tenés que agarrar para te rinda económicamente?", plantea Roberto Amaya uno de los principales cazadores de liebres de la zona y quien en un principio se mostró interesado en la captura de palomas.
Y justamente, por las averiguaciones que él realizó en su momento, aseguró que "desde el vamos los chacareros dijeron que gente extraña en los campos no querían por el tema de la responsabilidad civil y que le hagan un juicio por cualquier problemita que le pueda ocurrir al cazador dentro de la propiedad". El tema es que las trampas hay que ponerlas sí o sí en las explotaciones agropecuarias porque es donde las palomas comen, y de nada serviría ubicarlas en El Vivero de Claromecó, lugar que fue propuesto durante una jornada técnica realizada en la Cooperativa Agraria en 2011, "porque solamente ahí van a dormir", comentó Amaya.
En tanto, Juan José Etcheto, secretario de Producción, comentó que hasta el momento apenas recibieron un par de consultas sobre los requerimientos para realizar la captura de palomas. Y en este sentido aclaró que, a diferencia de la caza de liebres, con las aves la Municipalidad no tiene ningún tipo de participación, más allá de poder generar algún contacto con el interesado en la actividad y el frigorífico
Hasta fines de 2011, el frigorífico estaba vendiendo las pechugas a Holanda en alrededor de 25 euros el kilo, según manifestó en su momento el ingeniero agrónomo Gustavo Calvanese, director de Sanidad Vegetal del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires.
"Nos interesaría fomentar que es una buena proteína, que no transmite enfermedad, que la carne en principio no transmitiría la gripe aviar, con lo cual es un gran aliciente para todo lo que es consumo. Y además de la pechuga, que también puede ser utilizada como alimento balanceado por la proteína, entiendo que la pluma tiene aprovechamiento como fertilizante", describió Calvanese.